El Gobierno de Colombia presentó su renovada estrategia antinarcóticos en el marco de la III Reunión del Grupo de Trabajo Antinarcóticos Colombia-Estados Unidos que comenzó durante el día de ayer en Bogotá y finalizará este martes. Esta nueva política tiene como objetivo combatir a los grandes líderes de los carteles y apoyar a los campesinos para reducir la producción de cocaína hasta en un 40%, alcanzando unas 900 toneladas anuales.

En este sentido, Elizabeth Taylor, viceministra de Asuntos Multilaterales, destacó la necesidad de una respuesta integral y efectiva contra el narcotráfico. Asimismo subrayó el compromiso de Colombia con “una verdadera paz total y económica” que implica la erradicación del narcotráfico, especialmente de quienes lucran con ese delito. “No buscamos coexistir con el narcotráfico sino atacar aquellas etapas de la producción y tráfico donde se concentran las ganancias y así poder erradicarlo”, aseguró la alta funcionaria, citada en un comunicado de su despacho.

AP

Objetivo: Reducir la producción y los cultivos de coca

Colombia es un país líder en hectáreas cultivadas de coca y producción de cocaína. Es por ello que la nueva política 2023-2033 país aspira a reducir la producción de cocaína en un 40%, es decir, a 900 toneladas al año, y asimismo disminuir en un 40% el número de hectáreas cultivadas, pasando de aproximadamente 230,000 a 150,000 hectáreas cultivadas.

Siguiendo esta línea, la viceministra Taylor aseguró que esta nueva política de drogas “es un paso inicial hacia un abordaje más realista y justo en el que priorizamos la consolidación de la paz y el cuidado de la vida y en el que reducimos las vulnerabilidades que pueden generar el cultivo, producción y tráfico de drogas ilícitas”.

Por su parte, el subdirector de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, Adam Cohen, destacó que este espacio permitirá “maximizar las discusiones para crear un enfoque holístico y colaborativo para abordar los desafíos progresivos para la estabilidad”. Y añadió: “Este diálogo va a trazar el camino para que nosotros podamos establecer una cooperación de tal manera que podamos mitigar los efectos dañinos del tráfico de drogas y narcóticos y el uso de estas sustancias pueda atentar contra el bienestar de nuestras poblaciones y contra nuestros medios ambiente e instituciones”.

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Redacción
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