Los recientes ataques con misiles de Ucrania contra buques de guerra rusos y la base naval de Sebastopol subrayan que está en marcha una fase nueva y potencialmente crítica de la guerra en el mar.

Los audaces ataques ucranianos con misiles de crucero antes del amanecer el 13 de septiembre contra Sebastopol causaron daños significativos a un submarino de clase Kilo mejorado de la flota rusa del Mar Negro y a un buque de desembarco anfibio de clase Ropucha. También es posible que hayan dejado fuera de servicio un importante complejo de diques secos. Estos ataques han reforzado la idea de que la guerra en Ucrania está ganando importancia en el ámbito naval y han socavado la creencia de que Rusia aún mantiene una ventaja estratégica en esa región.

Los aspectos marítimos de este conflicto han sido subestimados durante mucho tiempo, pero ahora se vuelven cruciales para ambas partes mientras buscan socavar la capacidad del otro y obtener una ventaja estratégica, especialmente en medio de la incertidumbre sobre el avance de la contraofensiva terrestre de Ucrania.

Rusia intensificó la guerra en el mar al retirarse de la Iniciativa de Granos del Mar Negro en julio de 2023 y amenazar con atacar buques que comercien con Ucrania. Esto aumentó las preocupaciones internacionales sobre la seguridad del transporte marítimo en el Mar Negro. Además, Rusia llevó a cabo ataques contra el puerto ucraniano y las instalaciones de almacenamiento de granos en Odesa e Izmail. Estos ataques tenían como objetivo fortalecer el control económico sobre Ucrania y ejercer presión sobre los aliados occidentales de Kiev.

A pesar de estos movimientos rusos, Ucrania ha encontrado rutas de exportación alternativas y ha amenazado el transporte marítimo hacia puertos rusos. También ha llevado a cabo con éxito ataques contra buques rusos, como el ataque de agosto a un barco de desembarco en Novorossiysk. Estos éxitos han aliviado las críticas sobre la falta de avance en su ofensiva terrestre.

Los ataques en Sebastopol han destacado la vulnerabilidad de la flota rusa del Mar Negro y han dejado en evidencia la importancia estratégica de la región. La guerra en el Mar Negro está cambiando el carácter de la guerra naval, exponiendo vulnerabilidades y obligando a los operadores a centrarse en la seguridad portuaria y en cómo lidiar con amenazas como los vehículos estadounidenses no tripulados.

El futuro de la situación dependerá de varios factores, como el avance de las operaciones terrestres y la disposición de Rusia a arriesgar su armada para presionar a Ucrania. En última instancia, estos eventos subrayan que el conflicto entre Rusia y Ucrania tiene un componente marítimo significativo, con Rusia buscando afirmar su dominio en el Mar Negro y proyectarse como un gran poder en el escenario internacional. Este factor sigue siendo esencial para comprender lo que está en juego en la guerra.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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