Tras unos meses de relativa “calma” en la zona, la República Islámica de Afganistán volvió a estar en el foco de conflicto. Esta vez, se trata de una lucha fronteriza con el país vecino de Irán por el derecho de agua en la zona.
950 extensos kilómetros tiene la frontera que divide a Afganistán de Irán y, desde hace tiempo, es testigo de diversos incidentes. Sin embargo, estas últimas semanas, la tensión entre estos dos países ha crecido a raíz de la antiquísima lucha por el control de las aguas del río más largo e importante de Afganistán, el río Helmand, cuya corriente nace en las montañas del Hindu Kush y que tras 1300 km desemboca en el lago Hamún, con mayor parte en territorio iraní.
En este nuevo episodio del conflicto, los enfrentamientos en la frontera afgano-iraní tuvieron lugar el 27 de mayo en la provincia de Sistán y Baluchistán (Irán), y Nimroz, perteneciente a Afganistán. Este intenso cruce de fuego dejó como saldo el asesinato de dos soldados y un comandante de Irán en manos de las fuerzas talibanas. Mientras que un civil afgano fue declarado muerto.
Un conflicto que data de años
La tensión creciente que renació hace un par de semanas no es algo nuevo. Irán acusa a su vecino Afganistán de retener agua del río Helmand desde hace años, esto representa una violación a un tratado entre ambos países firmado allá por 1973. La acusación hecha por los iraníes está relacionada con la creación de la represa Kamal Khan, ubicada justo antes de la frontera e inaugurada por los afganos en el año 2021.