La producción de litio en Argentina plantea desafíos distintos a los de países como Chile, Bolivia o México, donde el Estado tiene un mayor control sobre este recurso estratégico. En Argentina, la constitución de 1994 otorga el dominio originario de los recursos naturales a las provincias, lo que ha permitido que las multinacionales operen en territorio nacional.
A pesar de la inestabilidad económica y política que ha caracterizado al país, la política del litio en Argentina, según los especialistas, ha sido considerada “decididamente amigable” por parte de inversores extranjeros.
Argentina es uno de los principales productores de litio a nivel mundial, junto con Bolivia y Chile, y posee el 58% de las reservas globales de este mineral estratégico. La creciente demanda de litio, impulsada por la fabricación de vehículos eléctricos, plantea oportunidades para el país. Se espera que la producción de litio en Argentina aumente significativamente en los próximos años, superando a Chile como el segundo productor mundial para 2027.
Sin embargo, la descentralización del control sobre los recursos naturales en Argentina ha generado ciertas preocupaciones. La constitución de 1994 establece que las provincias son las encargadas de decidir sobre los recursos naturales y estratégicos del país. Lo que conlleva distintas situaciones según cada administración federal.