Turquía se dirige hacia una segunda vuelta electoral después de que el presidente Tayyip Erdogan liderara a su rival de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, en las elecciones del domingo, pero no alcanzara la mayoría absoluta para extender su gobierno de 20 años en el país miembro de la OTAN.

Ni Erdogan ni Kilicdaroglu lograron superar el umbral del 50% necesario para evitar una segunda vuelta, que se celebrará el 28 de mayo.

Kilicdaroglu, quien afirmó que prevalecerá en la segunda vuelta, instó a sus seguidores a tener paciencia y acusó al partido de Erdogan de interferir en el recuento y la divulgación de los resultados. Sin embargo, Erdogan tuvo un desempeño mejor de lo que indicaban las encuestas previas a las elecciones, y se mostró confiado y combativo al dirigirse a sus seguidores.

“Ya estamos por delante de nuestro rival más cercano por 2,6 millones de votos. Esperamos que esta cifra aumente con los resultados oficiales”, dijo Erdogan.

Con casi el 97% de las urnas contadas, Erdogan lideraba con el 49,39% de los votos y Kilicdaroglu tenía el 44,92%, según la agencia de noticias estatal Anadolu. La Junta Electoral Suprema de Turquía otorgó a Erdogan el 49,49% con el 91,93% de las urnas contadas.

Dos Turquía en una

Los resultados reflejan una profunda polarización en un país en una encrucijada política. La votación preveía otorgar a la alianza gobernante de Erdogan la mayoría en el parlamento, lo que le daría una ventaja potencial en la segunda vuelta.

El país de 85 millones de personas, que ya lucha contra la inflación galopante, ahora se enfrenta a dos semanas de incertidumbre que podrían sacudir los mercados, con analistas esperando fluctuaciones en la moneda local y en la bolsa de valores de Estambul.

Un tercer candidato presidencial nacionalista, Sinan Ogan, obtuvo el 5,3% de los votos. Según los analistas, podría convertirse en un “hacedor de reyes” en la segunda vuelta, dependiendo de qué candidato respalde.

La encrucijada turca

La elección en Turquía es un momento crucial en la historia política del país y tendrá un impacto más allá de sus fronteras. Una victoria de Erdogan, uno de los aliados más importantes del presidente Vladimir Putin, probablemente alegrará al Kremlin, pero inquietará a la administración de Biden, así como a muchos líderes europeos y del Medio Oriente que tienen relaciones problemáticas con Erdogan.

El líder más duradero de Turquía ha convertido al país miembro de la OTAN y el segundo más grande de Europa en un actor global, lo ha modernizado a través de megaproyectos como nuevos puentes y aeropuertos, y ha construido una industria armamentística demandada por estados extranjeros.

Sin embargo, su volátil política económica de bajos tipos de interés, que ha provocado una crisis de coste de vida e inflación en espiral, lo ha dejado expuesto a la ira de los votantes. La lenta respuesta de su gobierno a un devastador terremoto en el sureste de Turquía que dejó 50.000 personas muertas a principios de este año también aumentó la consternación de los votantes.

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Redacción
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