Turquía se prepara para unas elecciones trascendentales que podrían poner fin a los 20 años de mandato del presidente Tayyip Erdogan y marcar un punto de inflexión en su gobierno.

Los turcos no solo eligen quién liderará el país, sino también su forma de gobierno, el rumbo de su economía en medio de una profunda crisis de costos de vida y la dirección de su política exterior, que ha sido impredecible en los últimos tiempos.

El principal rival de Erdogan, Kemal Kilicdaroglu, líder de una alianza conformada por seis partidos de oposición, cuenta con una ligera ventaja, según las encuestas de opinión. Sin embargo, en caso de que ninguno de los candidatos obtenga más del 50% de los votos, se realizará una segunda vuelta electoral el 28 de mayo.

¿Turquía y su oportunidad?

Estas elecciones se llevan a cabo en un contexto marcado por los recientes terremotos en el sureste de Turquía, que dejaron a su paso más de 50,000 víctimas. A pesar de la indignación expresada por muchos habitantes de las provincias afectadas debido a la lenta respuesta inicial del gobierno, no se evidencia un cambio significativo en las preferencias electorales.

Además de elegir al nuevo presidente, los votantes turcos también renovarán el parlamento. La contienda se presenta como una competencia reñida entre la Alianza Popular, conformada por el partido conservador islamista AKP de Erdogan, el partido nacionalista MHP y otros grupos, y la Alianza Nacional liderada por Kilicdaroglu, quien cuenta con el respaldo de seis partidos opositores, entre ellos el secularista Partido Republicano del Pueblo (CHP), fundado por el padre fundador de Turquía, Mustafa Kemal Ataturk.

El proceso electoral iniciará a las 8 a.m. y concluirá a las 5 p.m. De acuerdo con la legislación electoral turca, está prohibido difundir cualquier resultado hasta las 9 p.m. Sin embargo, hacia el final de la jornada del domingo, se espera contar con indicios claros sobre la posibilidad de una segunda vuelta electoral.

La carta kurda

Un papel crucial lo desempeñarán los votantes kurdos, quienes representan entre el 15% y el 20% del electorado. Es poco probable que la Alianza Nacional logre obtener una mayoría parlamentaria sin el respaldo de este grupo.

El Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que defiende los intereses de la población kurda, no forma parte de la alianza principal de la oposición, pero se opone firmemente a Erdogan después de la represión que ha sufrido en los últimos años. El HDP ha expresado su respaldo a Kilicdaroglu en la carrera presidencial y participará en las elecciones parlamentarias bajo el emblema del pequeño partido Verde de Izquierda, debido a un caso judicial que busca la prohibición del HDP por presuntos vínculos con militantes kurdos, algo que el partido niega.

¿Nuevos aires por Estambul?

Erdogan ha desplegado todos sus recursos en la campaña electoral mientras lucha por sobrevivir a su prueba política más difícil. A lo largo de su carrera política, ha superado un intento de golpe de estado en 2016 y diversos escándalos de corrupción.

Sin embargo, si los turcos deciden destituir a Erdogan, será en gran parte debido a la percepción de un deterioro en su prosperidad, igualdad y capacidad para satisfacer necesidades básicas, con una inflación que alcanzó el 85% en octubre de 2022 y una caída en la moneda lira.

Kilicdaroglu, un exfuncionario civil de 74 años, promete que, de resultar electo, volverá a implementar políticas económicas ortodoxas en contraposición a la gestión pesada de Erdogan. Además, propone restaurar el sistema de gobierno parlamentario, en reemplazo del sistema presidencial ejecutivo instaurado por Erdogan en un referéndum en 2017. Asimismo, ha prometido restablecer la independencia del poder judicial, que según críticos, Erdogan ha utilizado para reprimir la disidencia.

En caso de resultar victorioso, Kilicdaroglu enfrentará el desafío de mantener unida a una alianza opositora conformada por nacionalistas, islamistas, secularistas y liberales.

Esta elección marcará un hito en la historia de Turquía y tendrá implicaciones significativas tanto a nivel nacional como en el escenario político internacional. El resultado definirá el curso político del país en los próximos años y determinará si se produce un cambio de liderazgo y de rumbo en términos de economía, gobernabilidad y derechos humanos.

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Con información de Reuters

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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