Los líderes de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos luchan por persuadir al Congreso de renovar una ley controversial, puesto que reduce la burocracia para las agencias de inteligencia que escuchan a escondidas a actores extranjeros, pero que también se ha utilizado de manera inadecuada cientos de veces para recolectar datos sobre estadounidenses.
El martes, durante un evento conocido como Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, el director de ciberseguridad de la Agencia de Seguridad Nacional. Rob Joyce, dijo: “FISA Sección 702 está por renovarse este año. Y es una fuente vital de inteligencia. Es una autoridad que nos permite hacer una recolección contra una entidad extranjera conocida que elige usar la infraestructura de los EE.UU”. También remarcó que “se asegura de que no otorguemos las mismas protecciones a los actores maliciosos extranjeros que están en nuestra infraestructura que a los estadounidenses que viven aquí.”
La Sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera —o FISA— le da al gobierno de los Estados Unidos la capacidad de espiar digitalmente objetivos extranjeros fuera del país, sin requerir una orden judicial. Aun así, los grupos defensores de las libertades civiles han documentado cientos de veces que las interacciones de los ciudadanos estadounidenses en las redes sociales, las llamadas telefónicas y los correos electrónicos han sido recogidos accidentalmente en la vigilancia relacionada con el 702. New America llama tales violaciones “involuntarias o no intencionales” pero “extremadamente relacionadas” porque revelan problemas sistémicos “que resultan del alcance y la complejidad del programa de vigilancia de la Sección 702”. Incluso el tribunal que supervisa FISA tiene violaciones notadas.
El artículo 702 está a punto de expirar y se va a volver a autorizar este año, con un debate previsto. Según Joyce, la Agencia de Seguridad Nacional planea abogar firmemente por su mantenimiento. Pero deben enfrentarse a un gran obstáculo: las nuevas leyes de privacidad. Así como las disposiciones sobre privacidad de las leyes de ciberseguridad también están complicando las cosas. Las normas avanzadas en el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, de cinco años de antigüedad, han presentado algunos bloqueos para las agencias de inteligencia.