En la reciente Conferencia del Agua 2023 de las Naciones Unidas se enfatizó en un hecho clave: la crisis mundial del agua está empeorando. El propósito oficial de la conferencia que se llevó a cabo del 22 al 24 de marzo fue una revisión de mitad de período de la Década Internacional de Acción por el Agua, así como también “recopilar compromisos, promesas y acciones en todos los sectores, industrias e intereses, uniendo naciones, partes interesadas y profesionales” para poder cumplir con las acciones del agua incluidas en la Agenda 2030. Sin embargo, las expectativas fueron demasiado altas. 

Hace casi 50 años, el problema que más preocupaba a las Naciones del mundo era el agua en Mar del Plata, Argentina, buscando que se accionara de forma rápida y concisa para hallar una solución. Sin embargo, los problemas evolucionaron; al día de hoy miles de millones de personas carecen de acceso seguro al agua, las múltiples y constantes inundaciones contribuyen cada vez más a la escasez de alimentos y al hambre; y los objetivos de seguridad energética están en peligro debido a la creciente variabilidad y agotamiento del agua. 

Es cierto que los eventos hídricos extremos (como las inundaciones, sequías sin precedentes, tormentas ciclónicas y olas de calor) se han pronunciado en los últimos años y son una gran causa del empeoramiento de la crisis mundial del agua, existen otros problemas concernientes a la sociedad por lo que se debe actuar de forma rápida, eficaz y segura. Un claro ejemplo son los 297.000 niños menores de 5 años que mueren cada año a causa de enfermedades causadas por el agua contaminada, o las mujeres y las niñas que dedican 200 millones de horas todos los días a recolectar agua para las necesidades del hogar, ya que no cuentan con el lujo del agua corriente.

En este contexto, dos mensajes fueron los que más resonaron a lo largo de la conferencia: en primer lugar, las consecuencias que una gobernanza y gestión débiles y deficientes han provocado a nivel institucional con respecto al agua y, en segundo lugar, la importancia de aplicar de forma contundente las soluciones basadas en la naturaleza (SbN). Con respecto al primer punto, una de las grandes críticas ha sido siempre que los gobiernos no suelen administrar correctamente sus recursos, así como también la falta de percepción del agua como un conector que vincula a los sectores, las personas y el medio ambiente. Mientras que, sobre el segundo punto, se puntualizó en la necesidad de combinar la infraestructura construida y las SbN de manera sinérgica para mejorar el almacenamiento y el suministro de agua, así como reducir los costos y producir mejores servicios. 

A lo largo de la conferencia múltiples ejemplos se han presentado sobre la mesa, tanto sobre fallas sistémicas como posibles soluciones. Sobre esto último, se observaron resultados positivos, como los más de 700 compromisos firmados por gobiernos, sector privado, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en torno a la Agenda de Acción del Agua (como el impulso a la investigación, a la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición en el agua, entre otros). Asimismo, también se notó un gran apoyo al nombramiento de un enviado especial de la ONU sobre el agua, quien será el encargado de garantizar la visibilidad del agua como tópico central en la agenda política de los Estados y realizar un seguimiento a lo conversado en la conferencia. 

Se espera que se continúen promocionando estos acuerdos y encuentros, puntualmente en la segunda mitad de la Década para la Acción, un foro político de alto nivel sobre desarrollo sostenible que se llevará a cabo del 10 al 19 de julio de este año. No solo tratará de impulsar la acción en la agenda 2030, sino también identificar mejores prácticas, lecciones, obstáculos y limitaciones que se han presentado a lo largo de la primera mitad de esta Década. Pensando en lo positivo de estos encuentros e impulsos para la protección del agua, en la conferencia quedó demostrado que la crisis del agua, el cambio climático, la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad, la pobreza y las desigualdades son fenómenos interconectados y cada vez más presentes en el día a día a nivel mundial. 

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

1 COMENTARIO

  1. Sin intención de querer ser un profeta. es dable imaginar que en algunas décadas, seremos blanco de intereses de enorme fuerza, ya que nuestro país tiene buenas cantidades de reservas de agua en su territorio. No por nada alguna potencia ya se ha instalado en el área para estar atentas a “cuidar” nuestros recursos. Algún día vendrán por nuestra agua, estemos de acuerdo o no.

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