Bolivia, que llegó a convertirse en el epicentro de la producción de gas en América del Sur, abasteciendo a sus poderosos vecinos de Argentina y Brasil que confiaban en los envíos de gasoductos del país sin salida al mar, hoy atraviesa una preocupante situación. Según un informe de Wood Mackenzie, se reveló que la producción boliviana de gas disminuirá más rápidamente de lo esperado, pasando de 1400 millones de pies cúbicos por día (mmcfd) en 2022 a un mínimo de 400 mmcfd para 2030. 

Asimismo, estiman que la disminución proyectada también tendrá un efecto dramático en el mercado de exportación y sobre la economía boliviana particularmente, ya que el gas natural es un sector crucial para la economía de Bolivia, donde las exportaciones a los vecinos Brasil y Argentina juegan un papel fundamental. Las exportaciones a estos dos países representan más del 70% de las ventas totales de gas y el 20% de las exportaciones totales.

Sin embargo, pese a los pronósticos poco favorables, tanto Argentina como Brasil han comenzado a contemplar un escenario sin gas boliviano. Alvaro Rios, director gerente de Gas Energy Latin America, afirmó en una entrevista que “Bolivia ya no es un centro de suministro en el Cono Sur”, y que ese papel ahora “tiene que ser asumido por Argentina”, citando las inmensas reservas no convencionales del país.

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La situación de Argentina y Brasil

En este sentido, una de las opciones en las que trabaja el gobierno argentino consiste en un nuevo sistema de gasoductos denominado Nestor Kirchner, que también podría impulsar el gas de su rico yacimiento de esquisto de Vaca Muerta hacia las regiones septentrionales servidas por Bolivia. 

Las autoridades argentinas estiman que la primera fase del gasoducto, con una inversión de 1.500 millones de dólares, contará con una capacidad de 24 millones de metros cúbicos al día (MMm3/d), y podrá comenzar a funcionar a partir de junio. La misma se extenderá desde la localidad de Tratayén, en la provincia de Neuquén, hasta Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, y aumentará la capacidad total de extracción de Vaca Muerta en un 30%.

Por otra parte, la segunda fase del proyecto tiene incluida la modernización del Gasoducto Norte, con obras de inversión de flujo y estaciones de compresión en el norte del país. Una vez completada dicha fase, le permitiría a Argentina reducir o detener las importaciones de Bolivia.

Mientras tanto, el  gobierno de Brasil también ha desarrollado una serie de opciones de importación de GNL que podrían ayudar a eliminar gradualmente las importaciones por gasoducto. Y de igual manera, se encuentra trabajando para desarrollar sus vastas reservas de petróleo y gas natural presalinas.

“Argentina ha ampliado su producción, reduciendo la importancia del gas boliviano, pero Brasil sigue necesitando muchas importaciones” sostuvo Henrique Anjos, analista de Gas y Energía para América Latina de Wood Mackenzie. Y añadió: “Si Bolivia no desarrolla una producción adicional, las exportaciones se detendrán en 2030, ya que la demanda interna supera a la producción”.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

1 COMENTARIO

  1. Con Vaca Muerta, Argentina no necesitaría gas de Bolivia, tendría autoprovisión de combustible por mucho tiempo, tampoco necesitaría gas de Rusia y tampoco necesitamos más bolivianos…

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