El controvertido político israelí Itamar Ben-Gvir ha visitado este martes el complejo de Al Aqsa en Jerusalén, en un acto que podría avivar drásticamente las tensiones en la región.

La visita, bajo estricto control policial, se realizó a primera hora de la mañana y en secreto.

Ben-Gvir, nombrado recientemente ministro de Seguridad Nacional en el nuevo gobierno de Netanyahu, es el primer ministro judío que visita el lugar sagrado en cinco años. La Autoridad Palestina lo ha condenado como “una provocación sin precedentes”.

En los últimos días, Hamás, el grupo militante palestino que controla Gaza, advirtió de que una visita de Ben-Gvir “haría estallar la situación”.

El ex primer ministro israelí Yair Lapid, derrotado en las elecciones del pasado noviembre, también advirtió contra la visita y tuiteó que era una “provocación deliberada” que “costaría vidas”.

En respuesta, Ben-Gvir dijo que seguía adelante con su visita porque no iba a dejarse disuadir por las amenazas de Hamás.

“Aquellos que hagan amenazas serán tratados con puño de hierro”, advirtió en un comunicado tras la visita. “Los judíos escalarán la montaña”.

El recinto de Al Aqsa, conocido como Haram al Sharif en árabe, es una gran plaza en la ciudad vieja de Jerusalén y el tercer lugar más sagrado del Islam, después de Medina y La Meca.

Para los judíos, es conocido como el Monte del Templo, el emplazamiento del primer templo construido por Salomón, hijo del rey David.

El Muro Occidental, o “Kotel” en hebreo, es el último muro exterior que queda del templo y, por tanto, el lugar más sagrado de la fe judía. Durante mucho tiempo, musulmanes y judíos se lo han disputado, reclamándolo ambos.

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Redacción
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