En el esquema global de transición hacia vehículos eléctricos, que constituye un salto histórico y revolucionario que está transformando la economía mundial, tanto los grandes actores de la industria automotriz como los principales países industriales atraviesan ambiciosos programas de electromovilidad que son incentivados por diversas políticas públicas con el objetivo de procurar sistemas de transporte sustentables. 

En este sentido, si bien el incremento exponencial en la capacidad de almacenamiento de la energía constituye un salto tecnológico revolucionario, las iniciativas que buscan la transición hacia la electromovilidad, encuentran un cuello de botella en la provisión de un compuesto particular necesario para sus baterías: el litio. En este escenario es que ingresan países como Argentina, que es el segundo país del mundo en reservas probadas de litio y el cuarto en capacidad de producción – y que junto a Chile y Bolivia conforman el famoso “Triángulo del litio” en América Latina -, destacándose también por ser el primer proveedor del mineral a Estados Unidos-.

Empresas multinacionales como General Motors, Tesla, Ford y BMW – que tienen sus plantas principales en Estados Unidos – cuentan con el abastecimiento de litio proveniente de Argentina como un insumo clave para su esquema de transición hacia vehículos eléctricos. Asimismo, Argentina tiene la capacidad para multiplicar hasta diez veces su producción, de las 37 mil toneladas anuales actuales a más de 350 mil toneladas en el año 2030, y así estar a la altura tanto de esta demanda extraordinaria como de las necesidades de la industria nacional. 

Sin embargo, con la reciente promulgación de la Ley para la Reducción de la Inflación, firmada por el presidente norteamericano Joe Biden en agosto de este año 2022, el escenario puede cambiar ya que se ha generado un clima preocupación en las empresas automotrices y mineras, al igual que en el gobierno argentino y las autoridades de otros países proveedores de los Estados Unidos, por las posibles trabas que esta decisión política puede llegar a generar. 

¿Por qué? porque dicha ley, que aún no está reglamentada, dispuso incentivos para la producción de vehículos eléctricos y sus componentes. “La norma prevé préstamos de hasta 7.500 dólares directos al consumidor para vehículos eléctricos nuevos y 4 mil dólares para vehículos eléctricos usados, pero con el requisito de que una parte de los minerales de las baterías debe, para poder calificar, haber sido extraída o procesada en Estados Unidos o en los países con los que Argentina tiene tratados de libre comercio” informó el embajador argentino en Estados Unidos al medio perfil. 

La cuestión importante radica en que esto podría constituir un obstáculo para algunos de los objetivos planteados por ambos países, que incluyen la necesidad de garantizar las exportaciones de litio de Argentina, e incentivar inversiones para que nuestra industria pueda crecer en términos de valor agregado a lo largo de la cadena. Es decir, permitir que la exportación del mineral argentino no solo sea positivo en términos comerciales sino también que le permita al país formar parte de la cadena de valor agregado del litio a nivel global, permitiendo al país acceder a los exponenciales beneficios que ello supone.  

Frente a esto, el embajador Jorge Argüello, agregó “el equipo diplomático de nuestra Embajada en Washington, por su parte, transmite esta preocupación en las diversas presentaciones que realiza sobre oportunidades de inversiones en el sector minero ante agencias del Estado y empresas locales. Le damos un estrecho seguimiento al proceso de reglamentación de esta ley a fin de que todos los actores involucrados del gobierno estadounidense conozcan la realidad del sector, la relevancia estratégica de la Argentina como proveedor y la necesidad imperiosa de las empresas de contar con dicho insumo para cumplir con los programas de transición que apuntan a un esquema sustentable”.

Y finalizó, “nuestro país espera que toda la tarea realizada en el campo de los minerales estratégicos en la órbita bilateral pueda alcanzar su máximo potencial en beneficio mutuo. Queremos desarrollar nuestra industria, nuestra tecnología, avanzar en la cadena de valor y consolidarnos en nuestro lugar de socio estratégico del programa electromovilidad sustentable de Estados Unidos”.

Fuente: Perfil.

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Redacción
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