Tras un nuevo informe, el Fondo Monetario Internacional anunció que las perspectivas de crecimiento económico mundial se enfrentan a una desaceleración inminente por causas como la invasión rusa de Ucrania, aumentos de las tasas de interés para contener la inflación y algunos efectos que todavía persisten de la pandemia del COVID-19, como los cierres totales que decretó el gobierno de China tras un aumento de casos, y del mismo modo, las interrupciones en las cadenas de suministro globales. 

El último World Economic Outlook que publicó el organismo multinacional el mes pasado, también redujo la previsión de crecimiento global para el próximo año 2023 al 2,7%. Tryggvi Gudmundsson, economista del departamento de investigación del FMI, en un artículo realizó una serie de afirmaciones respecto a los resultados obtenidos para las economicas mundiales, entre ellos destaco que se espera de hecho “que los países que representan más de un tercio de la producción mundial se contraigan durante parte de este año o el próximo”.

Continuó agregando: “Además, como discutimos en nuestro último informe preparado para el Grupo de los Veinte, los indicadores recientes de alta frecuencia confirman que el panorama es más sombrío. Como ilustra el gráfico, las lecturas de una parte cada vez mayor de los países del G20 han caído desde territorio expansivo a principios de este año a niveles que indican una contracción. Eso es cierto tanto para las economías avanzadas como para las de mercados emergentes, lo que subraya la naturaleza global de la desaceleración”.

En este sentido, si bien las publicaciones que realizó el FMI respecto al producto interno bruto esperado para el tercer trimestre sorprendieron al alza en algunas economías importantes, las publicaciones correspondientes para el mes de octubre apuntan a una debilidad en el cuarto trimestre, particularmente en Europa.

Vía: El CEO.

Mientras tanto, las políticas aplicadas por el gobierno en China respecto a los bloqueos intermitentes por la pandemia y el sector inmobiliario en dificultades, están contribuyendo a una desaceleración que se puede ver no solo en los datos del índice de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés) sino también en la inversión, la producción industrial y las ventas minoristas.

Gudmundsson, sostuvo que “esto inevitablemente tendrá un impacto significativo en otras economías debido al importante papel de China en el comercio”, añadió también que “a pesar de la creciente evidencia de una desaceleración global, los formuladores de políticas deben continuar priorizando la contención de la inflación, que está contribuyendo a una crisis del costo de vida, perjudicando más a los grupos vulnerables y de bajos ingresos”.

Sin embargo, a pesar de que los desafíos a los que se enfrenta la economía mundial son inmensos, y el debilitamiento de los indicadores económicos pronostica nuevos desafíos en el futuro, el economista del departamento de investigación del FMI sugirió que “es probable que muchos países necesitan un ajuste fiscal y monetario continuo para reducir la inflación y abordar las vulnerabilidades de la deuda”.

Finalizó añadiendo que el FMI espera también “un mayor endurecimiento en muchas economías del G20 en los próximos meses. No obstante, estas acciones seguirán pesando sobre la actividad económica, especialmente en sectores sensibles a los intereses, como la vivienda” pero que si la comunidad internacional aboga por adoptar “una acción política cuidadosa y esfuerzos multilaterales conjuntos, el mundo puede avanzar hacia un crecimiento más fuerte e inclusivo”.

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Redacción
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