En las últimas semanas, Irán ha vuelto a ser el foco de atención en el escenario internacional como consecuencia de una serie de decisiones que han llevado a cabo el gobierno de Ebrahim Raisi y la elite conservadora del poder judicial iraní. Por un lado, en lo que respecta a la guerra de Rusia en Ucrania, y por otro, a los disturbios que sacuden a Teherán desde hace semanas por la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia policial.
En este sentido, funcionarios de occidente que siguen de cerca el programa de armas de Irán, informaron al Washington Post que el gobierno de Ebrahim Raisi se está preparando para enviar misiles y drones adicionales a Rusia en su guerra contra Ucrania. El plan incluye el envío de 1.000 armas adicionales, como así también misiles balísticos de corto alcance de superficie a superficie y más drones de ataque.
Actualmente el envío es monitoreado de cerca por occidente, ya que sería la primera vez que Irán envía misiles guiados del tipo de precisión avanzada a Rusia, lo que podría traerle también una ventaja sustancial en el terreno de batalla. Esto significa además, el aumento significativo del apoyo irani al esfuerzo de guerra que lleva adelante Putin, y si bien no está claro en qué momento llegarán, se estima que definitivamente se entregarán antes de fin de año.
Este movimiento por parte de Teherán hará que las relaciones con occidente, y particularmente, con Estados Unidos se deterioren aún más. En este sentido, recientemente desde la administración de Biden afirmaron que el país norteamericano “no va a perder el tiempo en conversaciones para revivir el acuerdo nuclear si no va a pasar nada”. Luego de confirmar también, que Irán ha enviado personal militar a Crimea para ayudar en los ataques con aviones no tripulados rusos contra objetivos ucranianos.