A punto de asegurar un tercer mandato, el presidente chino, Xi Jinping, presidirá el próximo domingo la presentación de los cinco nuevos miembros del Comité Permanente del Politburó (PSC), marcando nuevo rumbo en la política de China.
Sin dudas nos encontramos frente a una ruptura del líder chino respecto a sus antecesores, al gobernar por más de una década la segunda economía del mundo, abandonando los límites del mandato presidencial en el 2018. Se ha convertido en el mandatario más poderoso de China desde Mao Zedong, y cuyo poder parece no haber disminuido a pesar de la fuerte desaceleración económica, la frustración por el fracaso de la política de covid cero y el reciente alejamiento de occidente por parte de China, potenciado por su cauteloso accionar frente a la guerra en Ucrania.
En este sentido, la composición del Comité Permanente que implican cuestiones como quiénes están adentro o no, quien reemplazará al primer ministro Li Keqiang próximo a retirarse, no da la posibilidad de especular cuánto se ha consolidado en el poder Xi Jinping al nombrar a sus leales.
Del mismo modo, algunos analistas y diplomáticos sostienen que la composición del comité permanente y la identidad del próximo primer ministro dejaron de ser cuestiones tan relevantes, como lo eran años atrás, ya que el presidente chino se ha alejado de una tradición de liderazgo colectivo para acentuar aún más el liderazgo personal e individual.
Ben Hillman, director del Centro Australiano sobre China en el Mundo de la Universidad Nacional de Australia, afirmó que “la nueva alineación del PSC nos dirá si a Xi Jinping solo le importa la lealtad personal o si valora cierta diversidad de opiniones de la cúpula”, y en relación a la composición del mismo, sostuvo que “es posible que el nuevo PSC este compuesto en su totalidad por leales a XI, lo que significó la consolidación del poder del mismo, pero plantea grandes riesgos para China. Un grupo de hombres del “si” en la parte superior limitará la información disponible para la toma de decisiones”.
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