Estados Unidos, en su estado actual, no podrá ganar en caso de una confrontación militar con China, afirmó el domingo el Wall Street Journal, citando estimaciones del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.

La administración Biden está redoblando su reconocimiento de que China es el principal competidor de Estados Unidos. La Estrategia de Seguridad Nacional, recientemente publicada, y la Estrategia de Defensa Nacional, de próxima publicación -el Congreso ya ha recibido una versión de esta última- concluyen que China representa la amenaza más importante para Estados Unidos.

Según los expertos, la situación en torno a Ucrania ha puesto de manifiesto una serie de problemas del complejo militar-industrial estadounidense, en particular, su lentitud y dificultad para aumentar la producción, por lo que en un posible conflicto regional el ejército estadounidense se encontraría pronto sin las armas que tanto necesita.

¿El complejo industrial militar en jaque?

“En casi dos docenas de iteraciones de un juego de guerra del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales que examinaba una guerra entre Estados Unidos y China en el Estrecho de Taiwán, Estados Unidos gastó todos sus misiles conjuntos aire-superficie y misiles antibuque guiados de precisión de largo alcance en la primera semana del conflicto”, señala el artículo.

El periódico subrayaba que parte del problema era la reticencia de las empresas de defensa estadounidenses a firmar contratos a largo plazo para la producción de munición con el Pentágono debido a los riesgos financieros. Además, hay problemas con la cadena de suministro y la obtención de diversos materiales y componentes, en particular los metales de tierras raras, de los que China tiene el monopolio, así como el aluminio, el titanio y la microelectrónica.

Los autores del artículo subrayan que el despliegue de sistemas de misiles como el sistema de defensa aérea y antimisiles Patriot o el misil de crucero lanzado desde el aire Tomahawk podría llevar años. “El tiempo es una limitación importante. La producción de algunos tipos de misiles y sistemas puede llevar unos dos años. Estos plazos son generalmente para entregar los primeros misiles, no los últimos”, señalaba el artículo.

“Estos retos no tienen soluciones rápidas ni fáciles. Eso significa que tenemos que empezar ahora. Un paso es que el Pentágono reevalúe las necesidades totales de munición para una o más guerras importantes. Esto podría incluir la modelización de los índices de gasto de las municiones guiadas críticas entre las fuerzas terrestres, navales y aéreas en un conflicto importante con distintos niveles de intensidad” denuncia el análisis.

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Redacción
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