Arabia Saudita, Rusia y otros importantes productores de petróleo han decidido mantener sus planes de aumentar la oferta en enero, a pesar del reciente desplome de los precios por el temor a un nuevo exceso de oferta.
El acuerdo se alcanzó el jueves en una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus principales aliados, conocida como OPEP+. Los precios mundiales del petróleo han caído más de un 20% desde finales de octubre.
Los futuros del crudo Brent, la referencia mundial, se habían disparado cerca de un 70% desde principios de año, pero empezaron a caer en noviembre, cuando Estados Unidos y otros grandes países consumidores de petróleo acordaron liberar millones de barriles de sus reservas estratégicas para tratar de enfriar los precios de la gasolina y evitar un nuevo impulso a la inflación.
Las pérdidas se aceleraron al aumentar los casos de Covid-19 en Europa y al surgir la variante Omicron como nueva amenaza potencial para la actividad económica.
En su declaración, la OPEP+ dijo que seguiría haciendo balance de la pandemia, vigilando de cerca el mercado del petróleo, y que estaba preparada para hacer “ajustes inmediatos si fuera necesario”. Ha programado su próxima reunión para el 4 de enero.
Los analistas esperaban que la OPEP+ suspendiera el aumento de producción de 400.000 barriles diarios previsto para enero, dada la reciente caída de los precios y la incertidumbre sobre la trayectoria de la pandemia y su impacto en la demanda de petróleo. Los futuros del crudo Brent y del petróleo estadounidense, que cotizaban al alza a primera hora del jueves, se volvieron negativos tras el anuncio, antes de recuperarse y cotizar un 1% al alza, en torno a los 69 y 66 dólares por barril, respectivamente.
La noticia no supondrá un alivio inmediato para los conductores estadounidenses que llenen sus coches de gasolina. Según la AAA, el precio medio de la gasolina normal sin plomo ha bajado sólo 2 céntimos, hasta 3,38 dólares el galón, durante el último mes, a pesar de la caída del petróleo.
Aunque el debilitamiento de los precios del crudo puede tener a la OPEP y a Rusia en la cuerda floja por ahora, su influencia en el mercado del petróleo no hará más que aumentar a largo plazo, a medida que se incremente su cuota de producción mundial.
Según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, la OPEP y Rusia podrían representar el 58% del suministro mundial de petróleo en 2050, frente al 46,5% del año pasado, ya que otros países -incluido Estados Unidos- invierten menos en exploración y producción al exigir los accionistas una mayor disciplina financiera. También crece la presión de los inversores para que se reduzcan las emisiones de carbono y se haga frente a la crisis climática.
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