Irán y las potencias mundiales se reunirán el lunes en Viena para intentar salvar su acuerdo nuclear de 2015, pero con Teherán manteniéndose en su postura y las potencias occidentales cada vez más frustradas, las esperanzas de un avance parecen escasas.

Los diplomáticos y representantes de Europa dicen que se está agotando el tiempo para resucitar el pacto, que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó en 2018, enfadando a Irán y consternando a las otras potencias implicadas: Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia.

Entre abril y junio de este año, previo a las elecciones en la República Islamica, se celebraron seis rondas de conversaciones indirectas. La nueva ronda comienza con la elección del clérigo de línea dura Ebrahim Raisi en junio como presidente de Irán.

El nuevo equipo negociador de Teherán ha planteado exigencias que los diplomáticos estadounidenses y europeos consideran poco realistas.

“Nuestras exigencias son claras. Las otras partes, y especialmente los estadounidenses, deben decidir si quieren que se reactive este acuerdo o no. Abandonaron el pacto, así que deberían volver a él y levantar todas las sanciones”, declaró a Reuters un funcionario iraní cercano a las conversaciones.

Las demandas de Irán incluyen la retirada de todas las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea desde 2017, incluidas las que no están relacionadas con el programa nuclear iraní, en un proceso verificable.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán descartó la posibilidad de una reunión directa entre funcionarios iraníes y estadounidenses en Viena.

Paralelamente, los conflictos de Teherán con el organismo de control atómico de la ONU, influyen directamente en estas rondas de conversaciones.

Irán ha seguido adelante con su programa de enriquecimiento de uranio y el OIEA dice que sus inspectores han sido tratados con rudeza y se les ha negado el acceso para volver a instalar cámaras de vigilancia en un lugar que considera esencial para reactivar el acuerdo.

“Si Irán cree que puede utilizar este tiempo para crear más influencia y luego volver y decir que quieren algo mejor, simplemente no funcionará. Nosotros y nuestros socios no lo aceptaremos”, dijo el sábado el enviado estadounidense Robert Malley a BBC Sounds.

Advirtió que Washington estaría dispuesto a aumentar la presión sobre Teherán si las conversaciones fracasan.

“Para garantizar que cualquier acuerdo futuro sea férreo, Occidente tiene que pagar un precio por no haber cumplido su parte del trato. Como en cualquier negocio, un acuerdo es un acuerdo, y romperlo tiene consecuencias”, dijo el principal negociador nuclear de Irán, Ali Bagheri Kani, en una columna desafiante en el Financial Times el domingo.

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Redacción
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