Este domingo tendrán lugar los comicios regionales y municipales en Venezuela. En comunicación oficial, el CNE venezolano informó que estarán en disputa 23 gobernaciones, 335 alcaldías, 253 bancas de legisladores y 2.471 concejales. En total, son 3.082 cargos públicos a dirimir para un periodo de 4 años. 

El punto más relevante a tener en cuenta es que los partidos de oposición podrán participar en los comicios del 21 de noviembre. Esto quiebra una seguidilla de tres años de boicoteo en los que predominaron las denuncias por la falta de garantías electorales para poder competir. 

Empero, el interrogante que surge es si la oposición se correrá de su estrategia política que yació hace un tiempo, consistente en ver desde diferentes puntos de vista el cambio de régimen en Venezuela. En ese aspecto, si bien la campaña electoral comenzó el pasado 28 de octubre, quienes aspiraban a ocupar un cargo iniciaron su búsqueda de votos hace varios meses. De todos modos, la realidad refleja que el arribo a los comicios se produce, en gran medida, sin un líder al que seguir, algo que se antoja casi indispensable en Venezuela.

En este marco, para estos comicios hay 21.159.846 electores habilitados para sufragar. Sin embargo, no toda la ciudadanía podría emitir su voto. Esto se debe a que no podrán participar aquellos electores inscritos en el extranjero, pero sí podrán votar las extranjeras y los extranjeros con más de 10 años de residencia en Venezuela. En suma, son un número aproximado de 6 millones de venezolanos que se encuentran fuera de su país que no podrán votar este 21 de noviembre, lo que representa cerca del 17% del padrón electoral.

Por su parte, Pedro Calzadilla, presidente del CNE venezolano, señaló que el cronograma de los comicios se ha desarrollado con normalidad.

Estamos listos. todo está listo para que el 21 de noviembre, una vez más, el pueblo de Venezuela se dé cita en el centro de votación y haga ejercer la soberanía popular“, dijo Calzadilla en la sede del CNE.

A su vez, la autoridad electoral añadió que hay “30.106 máquinas de votación que están ubicadas y desplegadas en 14.262 centros de votación todo el territorio nacional“. Hay que tener presente que rige para estas elecciones una nueva conformación del CNE, cuyo directorio de cinco miembros cuenta con dos opositores.

El lugar a los observadores electorales

A comienzos de la semana arribó al país suramericano una delegación de la Misión de Observación de la Unión Europea (MOE-UE) para dar acompañamiento a la jornada electoral del próximo domingo. En total, son 34 los observadores que se desplegaron por todo el país para fungir como testigos del proceso electoral.

En lo que fue su primer despliegue por el país, la jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Isabel Santos, se reunió este 18 de noviembre con los dirigentes Juan Guaidó y María Corina Machado.

Asimismo, un grupo de funcionarios electorales de Belice llegó, invitados por el CNE. También estarán expertos del Centro Carter, de la Unión Europea (UE), del Centro de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), de Naciones Unidas y de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, entre otras.

En ese marco, los veedores asistirán a los diferentes centros electorales, donde darán acompañamiento al desarrollo del proceso comicial, en el que están inscritos más de 70.000 candidatos.

Una oposición sin brújula en común

Una primera observación permite afirmar dos cuestiones. Por un lado, bien sabido es que la oposición está muy fragmentada para montar un desafío significativo en estos comicios. No obstante, por el otro lado, si es importante mencionar que la votación es un primer paso para reconstruir las redes institucionales de cara a votaciones mucho más importantes, como las elecciones presidenciales previstas para 2024.

El factor más determinante para esta ocasión es la imposibilidad de que los partidos de oposición construyan una plataforma unitaria con reglas de juego aceptadas por la mayoría de los factores opositores. Así lo describió John Magdaleno, analista político venezolano.

Unas reglas de juego que regularan las primarias y un compromiso entre los candidatos era suficiente para que las campañas (de cara a las primarias) transcurrieran de modo constructivo“, dijo el analista.

¿Qué sucede con la figura de Juan Guaido?

El opositor más sobresaliente de la nación latina no ha fijado una posición firme sobre el 21 de noviembre. Más allá de que lucha por condiciones y un cronograma electoral, su principal pedido se vincula con el proceso de negociación actualmente paralizado en México.

Al respecto, el día viernes, denunció que “no existe un juego limpio” en las elecciones locales y regionales del próximo domingo.

En un video difundido en sus redes sociales afirmó: “El poder electoral en Venezuela no es independiente, está tutelado por la dictadura, las tarjetas de los partidos políticos de la unidad (opositora) siguen secuestradas y sus siglas entregadas a dirigentes cooptados por la dictadura“.

Por otra parte, hay que considerar que el dirigente Henrique Capriles, que fue dos veces candidato presidencial, ha marcado distancia de Guaidó e insiste en participar con candidaturas únicas, un escenario cada vez menos probable.

En este escenario, se da una paradoja que deja al descubierto la crítica realidad venezolana. El presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, explica que, según sus estudios, “el 76 % de la población quiere un cambio“, lo que supone que “tres cuartas partes de los venezolanos son opositores a Maduro”.

No obstante, agrega que “los actores representativos de ambos bandos” -que son, desde 2019, Maduro y Guaidó- están prácticamente empatados en términos de aprobación popular, el mandatario con un 14 % y el opositor con un 16 %.

Además, la situación se extiende entre los líderes antichavistas, que han mostrado su incapacidad para capitalizar ese rechazo. Ninguno de ellos supera el 20 %, según la última encuesta de la que dispone León, elaborada en octubre pasado.

Por lo cual, el gran desafío para quienes aspiren a ocupar cargos en el gobierno será movilizar a una mayoría denominada “silenciosa”, cuya estrategia ha sido recurrir al abstencionismo.

Al respecto, Luis Vicente León afirma que “Eso hace que el Gobierno esté protegido porque quien puede ser su enemigo es la concentración del voto, la unidad y la participación“.

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