China le dijo a la OTAN que centre su atención en las cuestiones transatlánticas, planteando objeciones al despliegue de buques y aviones militares extranjeros cerca del país en los últimos años.

En su primer diálogo formal desde un tenso intercambio de declaraciones en junio, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, dijo al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que adoptara una “visión racional y objetiva” de Pekín. Ambas partes deben evitar “la desinformación, las mentiras y los rumores”, dijo Wang, sin dar más detalles.

“China no ha sido, ni será, un rival de la OTAN”, añadió Wang. En un comunicado difundido por el Ministerio de Asuntos Exteriores el martes, las conversaciones se describieron como “positivas y constructivas”.

Stoltenberg devolvió el sentimiento asegurando que la alianza transatlántica “no ve a China como un adversario”, antes de pedir a China “que mantenga sus compromisos internacionales y actúe con responsabilidad en el sistema internacional”, según una lectura de la OTAN en su página web.

El secretario de la OTAN planteó la continua preocupación del grupo por “las políticas coercitivas de China”, al tiempo que presionó al funcionario chino sobre el “arsenal nuclear en expansión” de su país, así como su opaco gasto y modernización militar.

“El Secretario General instó a China a comprometerse de manera significativa en el diálogo, la creación de confianza y las medidas de transparencia en relación con sus capacidades nucleares y su doctrina”, dijo la OTAN, que también publicó una versión en mandarín de su declaración, pero gran parte -incluyendo las preocupaciones de Stoltenberg- no apareció en la lectura del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.

Wang expresó la oposición de Pekín a las operaciones de “acercamiento” alrededor de China por parte de buques y aviones pertenecientes a los miembros de la OTAN. Sus objeciones, que no señalaban a ninguna nación en particular, tampoco aparecieron en la declaración del grupo.

“La región de Asia-Pacífico no necesita nuevos bloques militares, ni debe haber confrontación entre grandes potencias, y menos aún camarillas destinadas a incitar una nueva Guerra Fría”, dijo Wang. “La OTAN debe adherirse a su posicionamiento geográfico original”.

Responsabilizar a los talibanes

Pekín se ha mostrado muy crítico con las operaciones de la OTAN lideradas por Estados Unidos en Afganistán, especialmente tras la precipitada retirada del mes pasado. China ha mantenido los servicios de la embajada en Kabul y ha visto con buenos ojos al nuevo gobierno talibán.

Stoltenberg y Wang se refirieron a Afganistán, y el primero expresó la expectativa de la OTAN de que China “haga responsables a los talibanes de sus compromisos en la lucha contra el terrorismo y la defensa de los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres”.

Pekín, por su parte, está más preocupado por las relaciones de los talibanes con los uigures y otros grupos minoritarios musulmanes que se han opuesto a su gobierno en el noroeste de China, donde ambos países comparten una corta y montañosa frontera.

La política de la OTAN se centra tradicionalmente en la amenaza que Rusia percibe para Europa, pero la alianza hizo múltiples referencias a la preocupación por las ambiciones de China cuando el presidente Joe Biden visitó su sede en Bruselas en junio. El comunicado de la OTAN, que suscitó una fuerte respuesta de Pekín, reflejó la opinión mayoritaria sobre el crecimiento militar de China, pero sobre todo su creciente influencia política en todo el mundo.

No obstante, el bloque militar del Atlántico Norte sigue centrado en Europa, mientras que sus miembros -sobre todo Francia- han cuestionado que la OTAN y China tengan algo que ver.

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Redacción
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