Quinientos agentes de policía de Hong Kong registraron el jueves los ordenadores y cuadernos de los reporteros del medio prodemocrático Apple Daily, el primer caso en el que las autoridades han citado artículos de los medios de comunicación como posible violación de la ley de seguridad nacional.

La policía detuvo a cinco directivos del periódico, y posteriormente se vio a los agentes sentados ante los ordenadores de la redacción tras entrar con una orden judicial para incautar material periodístico, incluido el de los teléfonos y ordenadores portátiles de los reporteros.

La redada es el último golpe para el magnate de los medios de comunicación Jimmy Lai, propietario del medio y acérrimo crítico de Pekín, cuyos bienes han sido congelados en virtud de la ley de seguridad y que cumple penas de prisión por participar en asambleas ilegales.

El secretario de Seguridad, John Lee, describió la sala de prensa como una “escena del crimen” y dijo que la operación estaba dirigida a quienes utilizan la información como una “herramienta para poner en peligro” la seguridad nacional.

No dio detalles sobre las decenas de artículos que la policía dijo tener en la mira, pero dijo que los cinco fueron detenidos por una conspiración para hacer “uso del trabajo periodístico” para incitar a las fuerzas extranjeras a imponer sanciones a Hong Kong y China.

“Los periodistas normales son diferentes a esta gente. No os confabuléis con ellos”, dijo a los periodistas.

“Hagan su trabajo periodístico tan libremente como quieran, de acuerdo con la ley, siempre que no conspiren ni tengan intención de infringir… la ley de seguridad nacional”.

En una carta dirigida a sus lectores, Apple Daily dijo que era víctima de un “ataque dirigido por el régimen”, pero que su personal “continuará manteniéndose lealmente en sus puestos y luchando hasta el final”.

La policía se incautó de 38 ordenadores utilizados por sus reporteros, dijo Apple Daily.

Es la segunda vez que la policía de seguridad nacional hace una redada en la sede de Apple Daily; 200 agentes acudieron el año pasado para detener a Lai bajo la sospecha de connivencia con fuerzas extranjeras.

Lai lleva detenido desde diciembre, se le ha denegado la libertad bajo fianza en virtud de la ley de seguridad y está cumpliendo varias condenas por participar en algunas concentraciones no autorizadas, incluso durante las protestas masivas a favor de la democracia en el centro financiero mundial en 2019.

La ley de seguridad fue la primera medida importante de Pekín para encaminar a la ciudad más inquieta de China por una vía autoritaria. Castiga con hasta la cadena perpetua todo lo que Pekín considere subversión, secesionismo, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras.

La Oficina de Enlace de China en Hong Kong dijo que apoyaba firmemente lo que calificó de “acción justa” de la policía.

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Redacción
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