El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, afirmó el miércoles que el periodista que fue sacado de un avión que se vio obligado a aterrizar en Minsk había estado tramando una rebelión, y acusó a Occidente de librar una guerra híbrida contra él.

En sus primeras declaraciones públicas desde que un avión de guerra bielorruso interceptara el domingo un vuelo de Ryanair entre Grecia y Lituania, no mostró ningún indicio de retroceder en la confrontación con los países que le acusan de piratería aérea.

“Como preveíamos, nuestros malquerientes de fuera y de dentro del país han cambiado sus métodos de ataque al Estado”, dijo Lukashenko en el Parlamento.

“Han cruzado muchas líneas rojas y han abandonado el sentido común y la moral humana”, dijo, refiriéndose a una “guerra híbrida” sin dar más detalles.

Bielorrusia está sometida a sanciones de la UE y Estados Unidos desde que Lukashenko reprimió las protestas prodemocráticas tras unas disputadas elecciones el año pasado. Pero su decisión de interceptar un avión internacional en el espacio aéreo bielorruso y de detener a un periodista disidente de 26 años ha hecho que se prometan medidas mucho más graves.

En su discurso ante el Parlamento, Lukashenko no dio detalles sobre la “rebelión sangrienta” que acusó al periodista Roman Protasevich de planear.

Protasevich, cuya información en las redes sociales desde el exilio había sido una de las últimas fuentes independientes de noticias sobre Bielorrusia, apareció el lunes en la televisión estatal confesando haber organizado manifestaciones.

Pero las figuras de la oposición bielorrusa desestimaron la confesión, considerando el vídeo como una prueba de que Protasevich había sido torturado.

Alemania encabezó la condena a Bielorrusia por las cintas de vídeo, que según los opositores a Lukashenko fueron grabadas bajo coacción. “Condenamos enérgicamente la práctica de los gobernantes bielorrusos de hacer desfilar a sus prisioneros en público con las llamadas ‘confesiones'”, dijo el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert.

Bielorrusia niega que maltrate a los detenidos. Los grupos de derechos han documentado lo que dicen son cientos de casos de abusos y confesiones forzadas desde el año pasado.

En respuesta, los gobiernos occidentales han pedido a sus aerolíneas que desvíen los vuelos para evitar el espacio aéreo de Bielorrusia y han anunciado planes para prohibir los aviones bielorrusos. La Unión Europea dice que también se están preparando otras sanciones no especificadas.

Se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, discuta, el incidente con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una cumbre el mes que viene, pero la Casa Blanca dijo que no cree que Moscú haya jugado ningún papel en el incidente.

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Redacción
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