Este lunes tomó posesión como mandatario Guillermo Lasso, tras recibir la banda presidencial por parte de presidente saliente Lenin Moreno. Se trata del primer presidente de centroderecha en Ecuador en 20 años.

Lasso, de 65 años, empresario y banquero, había vencido en el balotaje celebrado en abril al candidato correísta Andrés Arauz por un margen exiguo. Esto, sumado a que su partido se halla en franca minoría en el Congreso unicameral, obliga a Lasso a construir una amplia coalición para sostener la gobernabilidad.

En este sentido, resalta la construcción de una amplia base de sustentación parlamentaria que lanzó el flamante mandatario bajo el lema “Encontrémonos”. Si bien la misma inició con altibajos debido a la ruptura del Partido Social Cristiano con la coalición que llevó a Lasso al poder, consiguió finalmente alcanzar una mayoría absoluta del Congreso.

Llegó a este número mágico gracias al aporte de partidos independientes, Izquierda Democrática y el Movimiento Pluricultural Pachakutik, organización de los pueblos indígenas. Así, Lasso se corrió hacia el centro y promete un gobierno moderado de consensos, superando la grieta y polarización extremas de los años correístas. También espera no correr el mismo destino que Lenin Moreno, agobiado por protestas indígenas y por su desmanejo de la crisis del COVID-19.

Esta amplia y novedosa mayoría legislativa eligió como Presidenta del Congreso nacional a Guadalupe Llori del Pachakutik, lideresa, activista, alcaldesa y prefecta en la provincia de Orellana. Llori fue tristemente célebre durante el correísmo por haber sido encarcelada en aquellos años.

Habrá que ver si esta concertación de fuerzas políticas tan diversas se mantiene en el tiempo. Lo cierto es que por el momento, otorga oxígeno a Lasso para iniciar su gobierno en Ecuador, que cuenta con más de 20 mil muertos desde el inicio de la pandemia y una campaña de vacunación rezagada.

Según la politóloga Karen Garzón Sherdeck, de la Universidad Internacional SEK, Lasso enfrenta un complejo escenario, al que caracteriza como “una situación nacional muy fuerte por una triple crisis económica, social y sanitaria” agravada por la pandemia, por lo que el nuevo gobierno deberá trabajar en tres ejes: vacunar a la población contra el Covid-19, priorizar el gasto público y mejorar la productividad.

Al pronunciar su discurso ante la Asamblea Legislativa, Lasso afirmó que “Ecuador debe significar también una promesa de equilibrio en la vida común, equilibrio entre las causas de su gente. Equilibrio entre el crecimiento económico y la justicia social, dos piedras angulares que serán la base de un país más próspero y equitativo”.

La Presidenta del Congreso, Guadalupe Llori, fue la encargada de tomarle juramento a Lasso y afirmó: “Este 24 de mayo del 2021 empezamos a construir la cultura del encuentro y de la reconciliación en el Ecuador (…). No defraudemos a nuestros mandantes, porque todas las voces deben ser escuchadas. Dejemos atrás esa idea de las mayorías o minorías y luchemos por los grandes consensos que nos permita fiscalizar y legislar para la vida. La palabra izquierda no es mala ni la palabra derecha ni la palabra ideología, el peligro está en las palabras nefastas y actitudes perversas, en la corrupción, en la impunidad, en el autoritarismo, la explotación, la discriminación y la xenofobia”.

El nuevo presidente del Ecuador dijo en su discurso inaugural que se “terminaron los caudillos” y que su gobierno actuará “dentro de los márgenes del republicanismo, de las leyes” y prometió que en sus primeros 100 días de mandato lanzará una campaña para vacunar a 9 millones de personas.

En definitiva, este lunes dio sus primeros pasos un gobierno novedoso para la historia del Ecuador.

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Brian Zini
Licenciado en Relaciones Internacionales con beca de la Universidad Torcuato di Tella con beca por mérito académico. Voluntario de Asuntos Públicos en CIPPEC.

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