Por Fiona Wiefling miembro del Grupo Jóvenes Investigadores del IRI

Los populismos radicales de derecha nacieron como familia de partidos entre finales de la década de 1980 y principios de 1990. Crecieron en las sociedades del norte europeo hasta llegar hoy en día a obtener picos de alrededor de veinte puntos. Los clivajes fundamentales que dividen al sistema partidario de cada país pueden resumirse en la posición de cada fuerza frente a la inmigración y a la integración europea. 

A partir de esto es relevante preguntarse por qué en países económicamente prósperos, políticamente estables, y con instituciones sólidas, obtienen bancas parlamentarias líderes de retórica nacionalista. 

En esta línea, es notable que el crecimiento de las fuerzas de derecha en Europa fue progresivamente quitando relevancia a las izquierdas. En Escandinavia específicamente, este avance de la derecha fue a expensas de la social democracia, y llevó a una desestabilización del sistema de partidos tradicional. Dicho sistema incluía cinco fuerzas: la social democracia, el ala izquierda, los conservadores, los agraristas y los liberales. En los últimos tiempos fueron emergiendo partidos cristianos y verdes, al igual que la derecha, que sin dudas fue la más exitosa en términos de disrupción.

El caso del Dansk Folketiparti (DF) danés

El DF se fundó en 1995 por Pia Kjærsgaard, líder hasta el año 2012, año en el cual se pasa el mando a Kristian Thulesen Dahl. Su pico electoral lo obtuvo en el año 2015, con 21 puntos, logrando situarse como la segunda fuerza más relevante del país luego de la social democracia. 

Retomando datos de Project Manifesto, se puede analizar la evolución al partido desde 1988 hasta la actualidad. En dicho año obtuvo 7,4% de los votos, sumó 2 puntos hacia 2001, luego un punto y medio más hacia 2005. Llegó a 13,9% en 2007; 12,3% en 2011; 21,1% en 2015; 8,7% en 2019.

Numerosos especialistas han intentado analizar el crecimiento de la derecha de esta región europea y han llegado a una serie de conclusiones. En primera instancia, entre el año 1966 y 2001 los partidos socialistas comenzaron un proceso de declive, lo cual se sostuvo en el tiempo llevando al desmembramiento de la base de apoyo de la social democracia. Con esto se puede argumentar que el crecimiento del DF fue a expensas del SDP, y se puede ver, por ejemplo, que ex votantes de esta última como lo fueron las clases trabajadoras urbanas, iniciaron una transición hacia la derecha. Otros sectores que pasaron a votar a la derecha fueron los votantes flotantes y los jóvenes.

Un gran atractivo de esta clase de partidos en Europa son sus slogans anti-inmigración y anti-Unión Europea. El slogan del DF en 2002 fue el siguiente: “Dinamarca no es un país inmigrante y jamás lo fue. Por ello no aceptaremos una transformación a una sociedad multiétnica… Dinamarca pertenece a los daneses y sus ciudadanos deberían vivir en una comunidad segura enfocada en las leyes (…)”. A partir de los 80’ creció ampliamente el número de refugiados no europeos, que ya no eran trabajadores, sino buscadores de asilo. La postura de una Dinamarca solo para los daneses deriva en gran parte de esta situación: el antiestablishment no discute el Estado de bienestar, lo que discute es a quienes están dirigidos sus beneficios. Sumado a esto, proyectan una Dinamarca independiente y soberana, solo para los daneses, con eso se deduce el rechazo a la integración con el resto de sus países vecinos. 

El ascenso del Sverigedemokraterna (SD) sueco

El SD fue fundado en 1988 y es liderado por Jimmie Åkesson desde el año 2005. Fue ganando popularidad rápidamente, fundamentalmente a raíz de que han dejado de ser relevantes los clivajes socioeconómicos, y ganaron terreno las cuestiones migratorias.

En 1988 obtuvo 0,2% de los votos, en 2006 ascendió a un 2,9%. En 2010 llegó a 5,7%, en 2014 12,9% y 17,5% en 2018. 

Su base electoral son los grupos marginalizados y sectores de bajos salarios con nivel educativo bajo. Estas opciones de derecha se fortalecen a partir de cuestiones como el desempleo, delincuencia e inmigración.

El Fremskrittspartiet (FrP) noruego

Su líder es Siv Jensen, su líder parlamentario es Hans Andreas Limi. Se fundó en 1973. En 1973 se postuló y obtuvo un 5%; en 1977 bajó a un 1,8%; en 1981 4,45%; en 1985 3,72%; 1989 13%. En 1993 obtuvo 6,27%; en 1997 15,3%; en 2001 14,64%. En 2005 y 2009 llega a su pico de 22%, en 2013 obtiene 16% y en 2017 15%. Actualmente cuenta con 26 representantes en el Parlamento y es la tercera fuerza política más relevante en el país.

Se distingue en la región por ser el partido más ha enfatizado su postura anti-Unión Europea. Asimismo, fue uno de los pocos partidos en el país que se manifestó en contra del matrimonio igualitario, y que está a favor de castigos más severos ante el incumplimiento de la ley. Se puede notar además que es fuertemente anti-establishment siendo que el 38% de sus miembros están en contra de los manejos de la democracia noruega de los últimos tiempos. Es, según ellos, “un partido para la gente común”.

Se puede concluir que las derechas a lo largo del tiempo fueron quitando importancia a las fuerzas de centro y centro-izquierda tradicionales, como lo es en Escandinavia la social democracia. Desde su origen han logrado desestabilizar el sistema de partidos tradicional de la región compuesto por cinco fuerzas y, actualmente, pelean por gobernar. Estamos expectantes ante el crecimiento de la derecha extrema en Escandinavia. 

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