En una acción conjunta, llevada a cabo este 8 de febrero, Alemania, Polonia y Suecia expulsaron a tres diplomáticos rusos de sus territorios en respuesta a la expulsión por parte de Rusia de diplomáticos de estos países el pasado viernes. Moscú rechazó la medida, que catalogó de “inamistosa” e “infundada”. Mientras, desde Bruselas, piden nuevas sanciones a Rusia.
Alemania y Suecia expulsaron este lunes 8 de febrero a dos miembros de las embajadas rusas en sus países, mientras que Polonia hizo lo propio con un miembro del consulado ruso en la ciudad de Polsen.
Estas expulsiones responden a la acción homónima llevada a cabo por Rusia el pasado 5 de febrero, cuando Moscú expulsó a un diplomático de cada uno de estos países por haber participado en manifestaciones a favor del opositor Alexéi Navalny.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso denominó como “ilegales” las manifestaciones, que tuvieron lugar el 23 de enero. En estas protestas, miles de personas salieron a las calles en rechazo al arresto de Navalny y a favor de cambios democráticos en el país. Asimismo, se declaró a los tres diplomáticos “personas non gratas”.