Si Rusia y China desafían conjuntamente a los Estados Unidos en el Ártico, Washington no estará preparado para esto, dijo el experto americano Michael Lyons, a la agencia de noticias rusa Izvestia. En su opinión, Estados Unidos se está quedando atrás de sus rivales, que están creciendo en la región a medida que las oportunidades económicas aumentan allí.


El periodista de National Interest, Michael Lyons, calificó la perspectiva de un desafío conjunto ruso-chino a los intereses de EE.UU. en el Ártico como una “pesadilla” de Washington, a la que no está en absoluto dispuesto a resistirse.
“El Ártico es una región a la que los políticos estadounidenses rara vez prestan atención, pero que desempeña un papel clave en la política de las potencias mundiales”, señaló el autor.

Expresó la opinión de que, debido al cambio climático en la región, se están abriendo nuevas oportunidades económicas, por lo que las principales potencias mundiales están declarando cada vez más su intención de dominar allí.

“Desafortunadamente para los estrategas estadounidenses, Washington está muy por detrás de sus rivales”, dijo Lyons. Llamó la atención sobre el hecho de que el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos, al igual que China, sólo tiene dos rompehielos, y la flota rusa tiene al menos cuatro docenas de buques de este tipo, y para 2035 tendrá 13 rompehielos nucleares más.

El autor del artículo recordó que en 2018 China se declaró un estado casi ártico y comenzó a preparar la creación de rutas comerciales marítimas en la región del Ártico en el marco de la iniciativa de la Ruta de la Seda Polar. Como se indica en el material, ya está claro que Beijing, con su condición de observador en el Consejo Ártico y cooperando con Rusia en la región, está demostrando un decidido deseo de convertirse en un actor importante en el juego “relativamente exclusivo”.

“Enfrentarse a un adversario como Rusia en el Ártico conlleva una serie de desafíos, pero la perspectiva de un desafío conjunto ruso-chino a los intereses de Estados Unidos en el Ártico es un posible tecno-terrorismo y una pesadilla que Estados Unidos no está en absoluto preparado para afrontar”, dijo Lyons.

Destacó que el Ártico no sólo es “un corredor potencial para la rivalidad estratégica” y “una plataforma potencial para la expansión de la rivalidad entre las grandes potencias”. El experto está convencido de que “el juego ya ha comenzado” y los políticos estadounidenses se están quedando atrás respecto a sus homólogos de otros países en respuesta a esta amenaza.

Redacción
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