La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de Estados Unidos (CISA) rechazó enfáticamente las amenazas emitidas por un grupo de hackers proiraníes que afirmaron haber accedido a correos electrónicos de allegados al expresidente Donald Trump. En un contexto de tensiones crecientes con Irán, la administración estadounidense calificó la filtración como parte de una “campaña de desprestigio calculada” y advirtió sobre el uso propagandístico del ciberespacio por parte de actores hostiles.

El acceso a esta información se produciría en un momento particularmente sensible, tras los recientes ataques estadounidenses contra instalaciones nucleares en Irán, lo que ha reactivado la ofensiva digital iraní contra intereses estadounidenses.
La vocera de CISA, Marci McCarthy, publicó en redes sociales que se trata de un intento extranjero de “explotar ilegalmente material supuestamente robado y no verificado con el fin de distraer, desacreditar y dividir”. Añadió que estos actores serán perseguidos judicialmente, mientras la Casa Blanca mantiene bajo vigilancia estrecha cualquier actividad de interferencia extranjera.
Alerta cibernética ante posibles ataques contra infraestructura crítica
La amenaza coincidió con la publicación de un boletín conjunto por parte de la CISA, el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), en el que se advierte sobre posibles ataques cibernéticos dirigidos a infraestructura crítica de Estados Unidos. El documento señala que grupos vinculados a Teherán podrían intentar afectar servicios públicos, redes de transporte o sectores estratégicos como energía y defensa, especialmente aquellos con vínculos con Israel.
Entre las recomendaciones emitidas se incluyen medidas técnicas de ciberseguridad como actualizaciones constantes de software, gestión avanzada de contraseñas y refuerzo en protocolos de autenticación.

Además de Trump, estos grupos también habrían apuntado a la campaña de Joe Biden y Kamala Harris durante el ciclo electoral anterior, aunque los intentos de filtrar información no prosperaron. A su vez, tres ciudadanos iraníes fueron formalmente acusados en Estados Unidos por delitos de ciberintrusión durante la campaña de 2020.
La intensificación de las acciones digitales iraníes responde a un escenario internacional volátil tras los bombardeos del 13 de junio. En este contexto, Washington refuerza sus medidas preventivas para evitar que el ciberespacio se convierta en una herramienta más de presión geopolítica.
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