India estaría posicionándose como un eje clave de la estrategia de EE.UU. para limitar el avance de China en Asia, en un contexto geopolítico cada vez más tenso. Contemplando la creciente tensión entre Washington y Pekín por la proyección en el Asia-Pacífico, EE.UU. podría estar preparándose para un posible conflicto con China, y para que esa estrategia funcione, es un requisito necesario que India se consolide plenamente como aliado de EE.UU. El control de rutas críticas como el Canal de Suez, el estrecho de Ormuz y el estrecho de Malaca refuerza la importancia de la región en el equilibrio de poder en Asia.
El desacuerdo sobre Pakistán pone a prueba la asociación estratégica entre Nueva Delhi y Washington
El vínculo entre India y EE.UU. atraviesan un momento delicado, marcado por tensiones diplomáticas y narrativas contradictorias. La reciente afirmación del presidente Donald Trump sobre haber mediado personalmente un alto el fuego entre Nueva Delhi e Islamabad generó una ola de malestar en India.
Funcionarios del gobierno de Narendra Modi rechazaron tajantemente esta versión, insistiendo en que el acuerdo de cese al fuego fue estrictamente bilateral y no contó con intervención estadounidense. En una región donde el conflicto con Pakistán y la cuestión de Cachemira son temas de alta sensibilidad política, la percepción de intromisión extranjera no solo causa disrupciones en la relación bilateral, sino que también erosiona la imagen de firmeza que Modi busca proyectar en el plano interno.

A pesar de este desencuentro, los canales comerciales y diplomáticos siguen activos. Tras cuatro días de negociaciones intensas en Washington, India y EE.UU. avanzaron hacia un acuerdo comercial provisorio, según revelaron fuentes diplomáticas el 10 de junio. Las conversaciones, lideradas por el ministro de Comercio indio Piyush Goyal y representantes de la administración estadounidense, se centraron en resolver disputas clave sobre productos agrícolas, bienes industriales y estándares regulatorios.
Aunque aún quedan detalles técnicos por definir, ambas partes expresaron optimismo sobre un acuerdo parcial que siente las bases para un pacto comercial más amplio en el futuro. El hecho de que Trump haya vinculado el mencionado alto el fuego con las negociaciones comerciales, deslizando que usó incentivos económicos como herramienta diplomática, debilita la posición negociadora de India y alimenta las críticas internas.
El Indo-Pacífico redefine el equilibrio geopolítico entre China, India y EE.UU.
El Océano Índico se está convirtiendo en uno de los principales escenarios de la competencia geopolítica global. Además de conectar Asia, África y Europa, contiene cuatro de los seis principales puntos de estrangulamiento marítimo del mundo: los estrechos de Ormuz y de Malaca, el Canal de Suez y el estrecho de Bab el-Mandeb. Por estas rutas fluye cerca de la mitad del petróleo que consumen India y China, lo que las convierte en objetivos clave para la seguridad energética y militar de ambas potencias.

Mientras Pekín expande su influencia a través de bases navales, acuerdos con islas estratégicas y puertos comerciales en África Oriental y el Sudeste Asiático, Washington apuntaría a reforzar la alianza con Nueva Delhi, que no solo posee una ubicación privilegiada, sino también un creciente poderío naval. Desde la base conjunta de Diego García, pasando por el acceso estadounidense a las islas Andamán y Nicobar, hasta las nuevas instalaciones hindúes en Agaléga y Duqm (Omán), la presencia militar de India se ha intensificado para vigilar y contener el avance chino en el Indo-Pacífico.
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