Alrededor de 200 soldados de Estados Unidos, pertenecientes a una unidad de defensa antimisiles Patriot estacionada en Corea del Sur, fueron reubicados temporalmente en Oriente Medio, según informó un funcionario del Ministerio de Defensa Nacional de Corea del Sur a la cadena KBS. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, indicó que el despliegue tuvo lugar el mes pasado hacia una ubicación no revelada en la región.

El Ministerio de Defensa de Corea del Sur remitió las consultas a las Fuerzas Estadounidenses en Corea (USFK), que supervisan aproximadamente 28.500 tropas estadounidenses en la península. En un correo electrónico enviado el lunes, el portavoz de la USFK, David Kim, afirmó que el comando “mantiene una fuerza lista, capaz y letal”, pero se negó a proporcionar más detalles, citando razones de seguridad operativa.
En este sentido, las baterías Patriot están desplegadas en bases militares estadounidenses en Corea del Sur para protegerse contra posibles amenazas del Norte. Las versiones modernas del sistema, que se utilizó por primera vez en combate durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, son capaces de transportar hasta 16 misiles diseñados para interceptar y destruir proyectiles entrantes.
Estados Unidos reorienta su estrategia a Medio Oriente
Hace casi dos meses, el almirante Samuel Paparo, jefe del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, informó al Senado que un batallón Patriot había sido transferido recientemente de su área de responsabilidad al Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), que supervisa las operaciones en Oriente Medio y el sur de Asia. Durante una audiencia el 10 de abril, Paparo detalló que la operación requirió 73 vuelos de transporte del C-17 Globemaster III.

Este traslado coincide con un aumento de la presencia militar estadounidense en la región, en respuesta a los ataques de los rebeldes hutíes en Yemen, respaldados por Irán. Desde marzo, las fuerzas de Estados Unidos atacaron más de 1.000 objetivos militantes en Yemen, según informó el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, el 29 de abril. Nueve días después, el presidente Donald Trump anunció que su país cesaría las misiones de bombardeo tras un acuerdo con los hutíes para detener sus ataques desde el mar.
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