El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a China de “violar totalmente” el acuerdo comercial preliminar alcanzado a principios de mayo, lo que genera nuevas tensiones en el comercio global y amenaza con desestabilizar la economía mundial tras un breve período de calma.
El pacto, anunciado en Ginebra tras negociaciones entre ambas potencias, suspendía temporalmente los aranceles recíprocos y reducía las tasas aplicadas por ambos países.

Trump afirmó en una publicación en redes sociales: “¡Adiós a la buena onda!”, sosteniendo que China incumplió el compromiso de suspender los aranceles de represalia, en el mismo mensaje, advirtió sobre la situación económica de China, señalando que “hace dos semanas, China estaba en grave peligro económico” y que sus “altísimos aranceles” habían dejado al país asiático en una posición vulnerable frente al mercado estadounidense, al que describió como “el número uno del mundo”.
Impacto en la economía global y en las relaciones bilaterales
El mandatario estadounidense aseguró que su decisión de llegar rápidamente a un acuerdo con Pekín fue motivada por la preocupación ante un posible colapso económico en China: “Llegué a un ACUERDO RÁPIDO con China para salvarlos de lo que creía que sería una situación muy grave, y no quería que eso sucediera”, expresó.

Por el momento, las autoridades chinas no han respondido oficialmente a las acusaciones de Trump, que podrían reactivar la incertidumbre en los mercados financieros, donde el acuerdo preliminar había sido celebrado como un avance tras meses de tensión, pero la denuncia de incumplimiento plantea dudas sobre la posibilidad de una resolución duradera.
Repercusiones de las medidas arancelarias
El acuerdo alcanzado en mayo había sido visto como un paso hacia la distensión en la guerra comercial entre ambas potencias. Las medidas contemplaban una rebaja significativa de aranceles: Estados Unidos reducía sus tasas del 145% al 30% y China del 125% al 10%.

Los analistas económicos advierten que una nueva escalada en el conflicto comercial podría afectar el crecimiento global, especialmente en un contexto de desaceleración económica y altos niveles de deuda, además, la incertidumbre sobre la continuidad del acuerdo genera preocupación entre los sectores productivos, particularmente los vinculados al comercio internacional y las cadenas de suministro globales.
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