Las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron que han repelido más de 170 ataques rusos en las últimas 24 horas, con el frente de Pokrovsk como epicentro de los enfrentamientos más intensos. La ofensiva rusa, que algunos analistas interpretan como el inicio de una nueva campaña de verano, se despliega con fuerza tanto en la región oriental del Donbás como en zonas fronterizas del norte, todo ello mientras se desarrollan intentos de negociación de paz con Moscú.
De acuerdo al Estado Mayor ucraniano, los enfrentamientos se extendieron a lo largo de 10 frentes activos y en la región rusa de Kursk, donde también se registraron operaciones defensivas de Kiev. Solo en Pokrovsk, las tropas ucranianas enfrentaron y detuvieron 66 intentos ofensivos por parte del Ejército ruso, con combates documentados en localidades como Zoria, Lysivka, Novoserhiivka, Udachne y Andriivka.
En simultáneo, otros frentes claves como Kupiansk, Lyman, Siversk, Kramatorsk y Toretsk también fueron escenario de ataques rusos con intensidades variables. En total, se registraron 173 enfrentamientos y más de 5.800 disparos de artillería, además del uso de 2.942 drones kamikazes. Asimismo, las fuerzas rusas llevaron a cabo 14 ataques aéreos con 26 bombas guiadas y lanzaron 238 ataques de artillería, incluyendo 11 desde sistemas de lanzacohetes múltiples.

Por otro lado, la aviación ucraniana logró alcanzar ocho concentraciones rusas, destruyendo también piezas de artillería y vehículos. Las pérdidas rusas solo en la última jornada, según fuentes militares ucranianas, alcanzan los 1.140 soldados, además de un tanque, vehículos blindados, 35 sistemas de artillería, un lanzacohetes, 71 drones y 74 unidades de transporte.
La escalada militar ocurre en paralelo con una ofensiva diplomática opaca. Moscú propuso un nuevo encuentro de paz en Estambul para el 2 de junio, mientras que Kiev exige propuestas concretas de alto el fuego. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió que “la diplomacia no puede prosperar bajo fuego constante”, tras uno de los mayores ataques aéreos registrados recientemente.
Tal como detalló The New York Times en un reporte, la actual ofensiva rusa no parece buscar solo una ventaja negociadora. En cambio, se presenta como una apuesta de desgaste prolongado que incluye un masivo uso combinado de drones y misiles para saturar las defensas ucranianas y atacar infraestructuras clave, tanto industriales como civiles.
Según datos de la plataforma ucraniana Deepstate, Rusia duplicó el territorio conquistado respecto a abril, avanzando en promedio 8,8 kilómetros cuadrados por día, especialmente en el oblast de Donetsk. Los avances más significativos se observan entre Pokrovsk y Toretsk, apuntando a cortar las últimas líneas logísticas bajo control ucraniano en la región.

En paralelo, las fuerzas rusas han abierto una nueva línea de presión en el norte, en la región de Sumy, atando recursos ucranianos que podrían reforzar el frente oriental. La incursión parece respaldada por declaraciones del presidente Vladimir Putin, quien aseguró que “las Fuerzas Armadas están creando una zona de seguridad a lo largo de la frontera”.
El componente tecnológico también ha evolucionado. Según expertos citados por el medio independiente ruso Meduza, Rusia ha mejorado los motores de los drones Shahed iraníes (rebautizados como Geran en Rusia), permitiéndoles operar a mayor altitud, con cargas explosivas más grandes y mayor resistencia a los sistemas de interferencia ucranianos.
Un ejemplo ilustrativo fue el ataque nocturno del 24 al 25 de mayo, en el cual se lanzaron 367 drones y misiles sobre Kiev. De ellos, 56 lograron burlar las defensas, incluyendo nueve misiles balísticos Iskander. Doce civiles perdieron la vida y más de 200 murieron en todo el mes de abril, el mayor número desde septiembre de 2024 según las Naciones Unidas.
Analistas occidentales sostienen que el Kremlin busca exhibir una capacidad sostenida de desgaste como carta estratégica, mientras pone a prueba la resiliencia tanto de Ucrania como de sus aliados occidentales. Sin embargo, la prolongación del conflicto, las sanciones internacionales y la incertidumbre política en Washington, con Donald Trump revirtiendo su retórica pro-Kremlin, podrían alterar el tablero.
Te puede interesar: Rusia estaría agrupando a más de 50.000 tropas para una ofensiva en el noreste de Ucrania