El reciente conflicto armado entre India y Pakistán expuso una rápida escalada de tensiones entre los países vecinos, contenida poco tiempo después con la firma de un alto al fuego. Actualmente, la disputa no solo dejó al descubierto las capacidades militares de cada nación, sino que suscitó la intensificación de la carrera armamentística regional. El uso de drones en operaciones a pequeña escala ofrece una capacidad de ataque precisa que minimiza el riesgo humano y reduce la probabilidad de una escalada bélica desproporcionada.
Nueva Delhi e Islamabad apuestan por la inversión en sistemas no tripulados
Según trascendió, India planea realizar una fuerte inversión en su industria nacional de drones. Estimaciones indican que podría destinar hasta 470 millones de dólares en sistemas no tripulados en los próximos 12 a 24 meses, lo que triplicaría los niveles de gasto previos al conflicto, revelaron autoridades de la Federación Hindú de Drones. Por su parte, la Fuerza Aérea de Pakistán también busca expandir rápidamente su flota de drones, con el objetivo de reducir la exposición de sus aviones de combate más costosos.

Ambos países recurrieron a cazas de última generación 4.5 durante los enfrentamientos más recientes. Sin embargo, la asimetría de capacidades es evidente: mientras que India dispone de unas 36 aeronaves Rafale, Pakistán solo cuenta con cerca de 20 J-10 de fabricación china. Ante esta desventaja y las limitaciones presupuestarias, se espera que Islamabad busque profundizar su cooperación con China y Turquía, con miras a desarrollar capacidades propias en investigación y producción de drones.
El uso de drones en el reciente conflicto India-Pakistán
En los primeros días del conflicto, Pakistán lanzó entre 300 y 400 drones a lo largo de un frente de 1.700 kilómetros con India, distribuidos en 36 puntos distintos para probar la eficacia de las defensas aéreas hindúes. Entre los modelos empleados se encontraban drones turcos YIHA-III y Songar de Asisguard, junto con el Shahpar-II, producido localmente. Sin embargo, gran parte de esta ofensiva fue neutralizada por India mediante el uso de cañones antiaéreos de la era de la Guerra Fría adaptados con radares y sistemas de comunicación modernos.

India también desplegó drones israelíes Harop, polacos Warmate y vehículos no tripulados de fabricación nacional en el espacio aéreo paquistaní. Algunos fueron utilizados para ataques de precisión contra infraestructura militar y de grupos armados. No obstante, ambos países reivindicaron éxitos con el uso de drones. India afirma que logró impactar objetivos clave en Pakistán con bajo riesgo para su personal o equipamiento de alto valor, mientras que Pakistán señala que recurrió a drones para atacar instalaciones hindúes de defensa, evitando un mayor escrutinio internacional que implicaría el empleo de métodos convencionales.
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