En un mensaje cargado de simbolismo y firmeza, el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, reiteró su compromiso con la paz y el diálogo con China, aunque advirtió que la isla debe continuar fortaleciendo sus capacidades defensivas ante la creciente presión militar de Pekín. El pronunciamiento se dio durante el acto conmemorativo por el primer aniversario de su gestión, celebrado en la Oficina Presidencial en Taipéi.

“Yo también estoy comprometido con la paz. Porque la paz no tiene precio, y la guerra no tiene ganadores. Pero para buscar la paz, no podemos vivir de sueños ni tener ilusiones”, afirmó Lai ante los medios, dejando en claro que su administración no bajará la guardia frente a las amenazas militares del régimen chino.

Crédito: An Rong Xu/Bloomberg

Defensa, disuasión y diplomacia

A lo largo del último año, China ha intensificado sus ejercicios militares en torno al estrecho de Taiwán, incluyendo las maniobras denominadas “Strait Thunder-2025A” realizadas en abril, que se suman a las operaciones previas “Joint Sword-2024A” y “Joint Sword-2024B”. Estos despliegues fueron interpretados por Taipéi como actos de intimidación, especialmente tras el ascenso de Lai, a quien Pekín acusa de promover el separatismo.

“No buscamos la confrontación. Estamos dispuestos a mantener intercambios y cooperación con China, siempre y cuando exista dignidad recíproca. Intercambio en lugar de cerco, diálogo en lugar de enfrentamiento”, añadió el mandatario, apelando a una diplomacia firme pero abierta.

Desde el lado chino, la respuesta no tardó en llegar. Chen Binhua, vocero de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, desestimó los dichos de Lai, calificándolo como un “promotor del separatismo” cuya postura está “condenada al fracaso”. Según declaraciones reproducidas por la emisora estatal CCTV, China solo está dispuesta a dialogar en el marco de la reunificación nacional.

Inversión estratégica y autonomía tecnológica

Más allá del frente de seguridad, Lai también aprovechó la ocasión para anunciar la creación de un fondo soberano destinado a fortalecer la economía local, especialmente en sectores de alta tecnología. Esta iniciativa buscará canalizar inversiones estratégicas bajo liderazgo estatal en colaboración con empresas privadas, apuntando a consolidar la posición global de Taiwán como centro de innovación tecnológica.

En el mismo día, el presidente participó en la inauguración de la feria tecnológica Computex, donde recorrió stands de empresas como Foxconn y Mediatek, proveedores clave del gigante Nvidia. La presencia del CEO Jensen Huang, nacido en Taiwán, marcó un momento simbólico para la industria local en medio de las tensiones regionales.

Presión militar constante

En paralelo a las declaraciones de Lai, el Ministerio de Defensa taiwanés reportó la detección de seis aeronaves y once buques chinos operando cerca de la isla en las últimas 24 horas, evidencia de una presión constante que mantiene en vilo al liderazgo político y militar de Taipéi.

La estrategia del presidente combina disuasión militar con apertura al diálogo, en un delicado equilibrio que intenta evitar la escalada pero sin ceder soberanía. “Prepararse para la guerra es la mejor forma de evitarla”, sentenció Lai, sintetizando la doctrina de defensa de su gobierno.

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Redacción
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