El Reino Unido vuelve a enviar una señal política desafiante a la Argentina al designar como su próximo embajador en Buenos Aires a David Cairns, un diplomático con fuertes vínculos con la industria energética y un pasado reciente como alto ejecutivo de Equinor, una de las empresas implicadas en la exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina y en aguas que rodean a las Islas Malvinas. Antes incluso de presentar credenciales ante el gobierno argentino, Cairns mantuvo una reunión protocolar con el representante del gobierno kelper en Londres, Richard Hyslop, en la sede de la Oficina del Gobierno de las Islas Malvinas (FIGO, por sus siglas en inglés). El gesto, aunque encuadrado en la diplomacia británica, puede ser considerado como una provocación innecesaria que refuerza la ocupación colonial en el Atlántico Sur.
Un embajador con intereses petroleros en el Atlántico Sur
David Cairns asumirá formalmente su cargo en septiembre de 2025, en reemplazo de Kathy Hayes. Pero su perfil genera inquietud incluso antes de su llegada. Entre 2019 y 2024, ocupó el cargo de vicepresidente global de Asuntos Públicos y Relaciones Exteriores en Equinor, la petrolera estatal noruega que ha operado tanto en aguas argentinas como en zonas bajo disputa de soberanía.
Equinor ha sido señalada en múltiples oportunidades por brindar soporte técnico y operativo al Reino Unido en la explotación de yacimientos cercanos a las Islas Malvinas, especialmente en bloques como MLO-121 (Malvinas Oeste). Desde la Cancillería argentina, se ha denunciado reiteradamente que estas actividades constituyen una violación al derecho internacional y a la Resolución 31/49 de la Asamblea General de la ONU, que llama a ambas partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales mientras continúe la disputa.
Rechazo desde Tierra del Fuego: “Una provocación diplomática”
La reacción más contundente vino desde la gobernación de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. El gobernador Gustavo Melella repudió públicamente la designación de Cairns y exigió al Ministerio de Relaciones Exteriores que no conceda el placet, es decir, la aceptación formal para que ejerza como embajador.
“La designación de David Cairns constituye un acto extremo de cinismo. No se puede aceptar como representante a quien participó del saqueo de nuestros recursos naturales”, sostuvo Melella en su cuenta oficial de X. “El Reino Unido insiste en sostener su ocupación colonial con acciones que violan sistemáticamente el derecho internacional. Este nombramiento es una muestra más del desprecio británico hacia la soberanía argentina”, agregó.

Los vínculos del nuevo embajador con la explotación de recursos
El nombramiento de Cairns no ocurre en el vacío. Coincide con el avance del proyecto petrolero Sea Lion, impulsado por Rockhopper Exploration y Navitas Petroleum, que apunta a iniciar la extracción de crudo en las Islas Malvinas hacia fines de 2026. Se estima una producción inicial de 50.000 barriles diarios, con potencial para llegar a 80.000, lo que convertiría al enclave británico en una plataforma energética clave en el Atlántico Sur.
La creciente militarización británica en las islas, sumada a la intensificación de proyectos extractivos, representa una amenaza directa a los intereses estratégicos de la Argentina en su plataforma continental. Cairns, con experiencia diplomática en comercio internacional y lobby energético, llega a Buenos Aires en un momento donde la soberanía, los recursos naturales y la proyección marítima del país se encuentran en el centro del debate geopolítico.
Lejos de tratarse de una elección neutra, el nombramiento de Cairns como embajador debe ser entendido como parte de una estrategia más amplia del Reino Unido para consolidar su presencia en el Atlántico Sur, proteger sus intereses energéticos y reforzar la legitimidad de un gobierno ilegítimo como el de los kelpers.
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