Con el comienzo de la segunda administración Trump, el mundo se dirime entre los dos polos de la guerra comercial iniciada por la Casa Blanca: EE.UU. y China. Los efectos de esta disputa ya son visibles en diversos países, quienes se ven prácticamente forzados a tomar partido por uno de los dos países. Ya sea por motivos estratégicos, comerciales, o ideológicos, son varios los miembros del sistema internacional alineados bajo la retórica de Washington o Pekín.

Pekín lleva adelante su agenda para ganar apoyo a nivel mundial

Ante el endurecimiento de las tarifas impuestas por EE.UU. bajo el gobierno Trump, algunos países están estrechando lazos con China como estrategia para proteger sus intereses económicos. Vietnam, Malasia y Camboya, afectados por aranceles estadounidenses del 46%, 24% y 49% respectivamente, firmaron acuerdos con el gigante asiático para fortalecer la cooperación industrial y en cadenas de suministro. Asimismo, Suiza ha mostrado interés en reforzar su acuerdo de libre comercio con Pekín.

Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán (izquierda), y Xi Jinping, presidente de China (derecha) el 23 de abril de 2025 Pekín. Créditos: Presidencia de Azerbaiyán

Japón, pese a su rivalidad histórica con China, ha recibido acercamientos por parte del gobierno chino para coordinar respuestas conjuntas. En la misma línea, los encuentros de Xi Jinping con el presidente de Kenia, donde se alentó la inversión de empresas chinas, y con el presidente de Azerbaiyán, criticando la guerra comercial impulsada por Washington, también proyectan los esfuerzo de China por reforzar su influencia. La razón principal de este alineamiento es la percepción de China como un socio comercial predecible y estable, en contraste con la política comercial más agresiva y volátil de Estados Unidos​

Una postura media: los actores que intentan equilibrar ambos vínculos

A pesar de las tensiones, un grupo considerable de países está en la difícil situación de no poder elegir claramente entre China y EE.UU. debido a su dependencia económica de ambos. Las naciones del sudeste asiático (ASEAN), Corea del Sur, Japón y la Unión Europea, por citar algunos ejemplos, mantienen vínculos comerciales profundos tanto con China como con Estados Unidos, intentando evitar un alineamiento total.

Donald Trump muestra un gráfico de ‘aranceles recíprocos’ durante un discurso en la Casa Blanca el 2 de abril. Créditos: Reuters/Getty

No obstante, las recientes medidas estadounidenses, como la imposición de aranceles de hasta el 145% sobre productos chinos, generan presión para que sus aliados tradicionales permanezcan del lado estadounidense, aunque de manera cautelosa. La estrategia de Trump, basada en negociaciones bilaterales con amenazas de sanciones, busca forzar acuerdos en términos favorables para Washington. Simultáneamente, el accionar del actual gobierno muestra los primeros indicios de resentimiento y pérdida de confianza, incluso entre sus socios más cercanos​.

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Redacción
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