Alemania se encuentra en un proceso de rearme sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. El distanciamiento de Estados Unidos respecto a Europa, sumado al conflicto entre Rusia y Ucrania, ha desencadenado un escenario que demuestra, una vez más, cómo la política internacional es volátil y los acuerdos pueden deshacerse tan rápido como se firman. 

Debido a las tensiones geopolíticas ocasionadas por los latentes conflictos internacionales, Europa atraviesa una situación de declive respecto a su seguridad. La nueva administración estadounidense ha dado un giro en su política de defensa, representando un cambio estructural que ha obligado a las naciones europeas a asumir una mayor responsabilidad respecto a su propia defensa, ampliando y desarrollando nuevos presupuestos en cuestiones militares. 

En el caso alemán, el Bundestag ha aprobado una reforma constitucional que abrirá paso al aumento del gasto aprobado en 500.000 millones de euros destinados a modernizar las fuerzas armadas y fortalecer la defensa colectiva europea. Una de las modificaciones dispuestas sobre la modernización dentro de la Bundeswehr, es un nuevo modelo sueco de servicio militar selectivo presentado por el ministro de defensa, Boris Pistorius. El mismo consta de mensajes vía digital a ciudadanos alemanes de 18 años en adelante, quienes deberán llenar un formulario de registro militar donde se les pregunta sobre sus motivaciones, habilidades e intereses.

Es importante destacar que, debido a la necesidad del país germano en reclutar adeptos para sus filas, este proceso es obligatorio para los hombres y opcional para las mujeres. 

El año pasado, la Bundeswehr registró un aumento del 20,6% en las solicitudes de ingreso, alcanzando alrededor de 52.100 candidaturas. Este aumento se atribuye a los esfuerzos políticos por fortalecer las fuerzas armadas

Como mencioné en párrafos anteriores, el hecho de que Alemania decida rearmarse, debe una de sus principales razones al distanciamiento con la potencia atlántica. La política exterior de Estados Unidos ha demostrado señales de repliegue con una atención en vistas al continente asiático y una menor atención e implicancia respecto a los países europeos, generando incertidumbre respecto al compromiso estadounidense en la cuestión de defensa europea. 

Otro de los puntos respecto a la política exterior estadounidense es el enfoque “America First” el cual prioriza los intereses nacionales adoptando posturas unilaterales y nacionalistas respecto a los asuntos internacionales. En los hechos, podemos notar un aumento de la postura proteccionista respecto a las relaciones comerciales que el actual mandatario estadounidense está desarrollando, ya que busca proteger la economía e industria nacional frente a la competencia extranjera mediante las barreras comerciales impuestas durante el último mes. 

El enfoque “America First” ha llevado a Europa a replantearse su estrategia de seguridad y defensa, fomentando una mayor autonomía y capacidad de respuesta ante desafíos globales. Este cambio refleja una adaptación a un entorno internacional en evolución, donde la autosuficiencia y la cooperación regional se vuelven cada vez más esenciales.

Para concluir podemos reflexionar en que el rearme alemán, impulsado por el distanciamiento con Estados Unidos, revela las grietas de una interdependencia que resultaba inquebrantable. Hoy, ante una alianza debilitada y un orden global en transformación, Berlín se ve obligado a tomar decisiones que antes evitaba. Este giro no solo refleja una búsqueda de autonomía, sino también la fragilidad de los equilibrios geopolíticos: cuando una pieza clave se mueve, el resto debe reajustarse, quiera o no.

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Milagros Perrota
Estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad Siglo XXI. Experiencia en redacción de 3 años

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