La administración de Donald Trump considera la posibilidad de extender una línea de crédito a Argentina en caso de que un shock externo comprometa el proceso de estabilización impulsado por el gobierno de Javier Milei.

En concreto, Bessent sugirió que Estados Unidos podría recurrir al Fondo de Estabilización Cambiaria (Exchange Stabilization Fund, ESF) como mecanismo de asistencia, siempre que la Argentina mantenga el curso actual de sus políticas económicas. La condicionalidad del respaldo apunta a preservar el sendero fiscal y monetario adoptado desde diciembre de 2023, con el objetivo de sostener la confianza de los mercados financieros internacionales.
Reacción positiva del mercado ante el posible respaldo financiero
Las declaraciones del funcionario estadounidense impulsaron una mejora en los activos argentinos, donde los bonos soberanos, particularmente los Globales, que registraron una suba de hasta un centavo, ubicándose en torno a los 66 centavos por dólar, según datos de Bloomberg.

Carolina Gialdi, directora de ventas internacionales de Max Capital, interpretó el movimiento de los bonos como una señal de que “existe una creciente expectativa de que Estados Unidos respaldará a Milei en caso de crisis”. A su vez, destacó que dicho respaldo reduciría los riesgos políticos implícitos en los precios de los activos, donde persiste el temor al retorno del peronismo.
El rol del Fondo de Estabilización Cambiaria en la estrategia estadounidense
El Fondo de Estabilización Cambiaria es una herramienta discrecional creada en la década de 1930, que ha sido utilizada en más de cien ocasiones para brindar respaldo a gobiernos o bancos centrales en contextos de inestabilidad cambiaria o financiera, que, si bien no implica un acuerdo automático ni requiere autorización del Congreso, su activación suele depender de una decisión política alineada con los intereses estratégicos de Estados Unidos.

“También contamos con el Fondo de Estabilización Cambiaria. No nos hemos comprometido a formar parte de él, pero podríamos serlo”, había dicho entonces, en una inusual señal de cercanía hacia un país históricamente signado por su inestabilidad macroeconómica.
La eventual aplicación del ESF en el caso argentino marcaría un gesto geopolítico significativo por parte de Washington, ya que no solo consolidaría el vínculo con un gobierno liberal-conservador afín a la visión pro-Occidente de la administración Trump, sino que funcionaría como contrapeso ante la influencia creciente de China y otros actores extrarregionales en América Latina.
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Este gobierno vive de prestado con la extensión de la tarjeta de crédito de papá Trump. Pero esta fiestita habrá que pagarla…