En una nueva fase de su estrategia de seguridad internacional, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció una significativa reducción de sus tropas en Siria. El rediseño contempla disminuir el contingente militar en ese país a menos de 1.000 efectivos durante los próximos meses. Este ajuste responde, según el Pentágono, a los avances logrados en la campaña contra el Estado Islámico (ISIS) y al objetivo de consolidar fuerzas bajo la estructura de laFuerza de Tarea Combinada Conjunta – Operation Inherent Resolve.

“Este proceso refleja los avances sustanciales en la degradación de la capacidad operativa y del atractivo del ISIS, tanto a nivel regional como global”, sostuvo el vocero del Pentágono, Sean Parnell.

Una reconfiguración planificada en múltiples frentes

El rediseño del despliegue en Siria ocurre en paralelo con una rotación estratégica de fuerzas estadounidenses en Europa y Medio Oriente. Tropas de distintas divisiones blindadas, de caballería y brigadas aéreas están siendo reubicadas en función de necesidades operativas específicas. En Europa, los relevos forman parte de Operation Atlantic Resolve, una operación orientada a reforzar el compromiso de EE. UU. con los aliados de la OTAN en el flanco oriental, especialmente en países como Polonia, Lituania, Estonia, Rumania y Bulgaria.

En Medio Oriente, la atención se mantiene en los focos de conflicto en Irak, Siria y Yemen. La 4ª Brigada de Aviación de Combate de la 4ª División de Infantería asumirá tareas anteriormente ejecutadas por la 101ª División Aerotransportada, en el marco de operaciones contra células remanentes del ISIS y milicias respaldadas por Irán.

El contexto geopolítico y las tensiones regionales

La presencia de fuerzas estadounidenses en Siria no ha respondido exclusivamente a la lucha contra el ISIS. Las tropas han cumplido también una función disuasoria frente a milicias iraníes y como escudo protector de las milicias kurdas, enemistadas con Turquía. Tras los ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamas en Israel, Estados Unidos elevó su presencia militar en la región por encima de los 2.000 efectivos, en respuesta a amenazas crecientes de actores alineados con Irán.

Un episodio clave en esa escalada fue el ataque con dron que, en enero de 2024, mató a tres soldados estadounidenses en Jordania. A eso se suma la inestabilidad persistente en Siria tras la huida del presidente Bashar al-Assad en diciembre de 2024, un hecho que, si bien permitió el retorno de desplazados internos, no logró consolidar una paz duradera. El país sigue siendo blanco de ataques israelíes y se registran movimientos que indican una posible reactivación del Estado Islámico.

Implicancias estratégicas y el futuro del compromiso militar estadounidense

Con esta decisión, la administración Trump retoma el objetivo trazado durante su primer mandato: replegar progresivamente las tropas en Siria sin abandonar por completo la capacidad de respuesta regional. Aunque no se ha especificado un cronograma definitivo, fuentes como The New York Times estiman que el retiro comprenderá a unos 600 soldados.

La consolidación bajo una sola estructura operativa busca optimizar los recursos y mantener la capacidad de acción en caso de amenazas emergentes. Desde el Pentágono aseguraron que se continuará trabajando junto a socios regionales “dispuestos y capaces” para sostener la presión sobre grupos terroristas.

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Redacción
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