El presidente Donald Trump manifestó su esperanza de que Rusia y Ucrania logren un acuerdo de paz en el transcurso de esta semana, al tiempo que condicionó su apoyo diplomático a la continuidad de las negociaciones. El mensaje fue publicado el domingo 20 de abril en su red social Truth Social, donde afirmó que, de concretarse la paz, ambas naciones “comenzarían a hacer grandes negocios con Estados Unidos”.

Las declaraciones se produjeron en el marco de una aparente “tregua de Pascua” proclamada por el presidente ruso Vladímir Putin, que prometía un cese de hostilidades hasta la medianoche del 21 de abril. Sin embargo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski denunció más de 2.000 violaciones del alto al fuego por parte de Moscú, calificando la tregua de simbólica y sin efectos concretos en el terreno.

La administración Trump, que había hecho de la resolución del conflicto una de sus promesas de campaña, endureció su postura en los últimos días. El 18 de abril, Trump advirtió que se retiraría de las gestiones diplomáticas si detectaba que alguna de las partes entorpecía el proceso. “Si alguna de las partes lo dificulta, simplemente vamos a decir: ‘ustedes son necios, son horribles’, y nos retiraremos”, sentenció ante la prensa.

US President Donald Trump and Ukraine’s President Volodymyr Zelensky meet in the Oval Office of the White House in Washington, DC, February 28, 2025. Zelensky and Trump openly clashed in the White House on February 28 at a meeting where they were due to sign a deal on sharing Ukraine’s mineral riches and discuss a peace deal with Russia. “You’re not acting at all thankful. It’s not a nice thing,” Trump said. “It’s going to be very hard to do business like this,” he added. (Photo by SAUL LOEB / AFP) (Photo by SAUL LOEB/AFP via Getty Images)

Ese mismo día, el secretario de Estado, Marco Rubio, había adelantado que Washington abandonaría los esfuerzos negociadores en caso de no observar avances en las conversaciones, evidenciando una pérdida de paciencia frente al estancamiento del conflicto.

Más allá de los llamados a la paz, la apuesta de Trump parece tener un fuerte componente económico. En su publicación, el mandatario prometió que, de firmarse un acuerdo, Estados Unidos facilitaría negocios “enormes” con ambos países, destacando el potencial de cooperación económica con una economía norteamericana que, según él, “está prosperando”.

Esta visión fue reforzada por la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien declaró el 15 de abril que las asociaciones económicas con Estados Unidos podían representar un incentivo concreto para que Rusia ponga fin al conflicto.

Créditos: Gavriil Grigorov, Drew Angerer/POOL/AFP

Desde su asunción en enero, Trump ha impulsado una política de acercamiento hacia Moscú, centrada en la normalización de vínculos y la generación de acuerdos comerciales bilaterales. El 18 de marzo, luego de una conversación telefónica entre Trump y Putin, el Kremlin difundió que ambos líderes estaban interesados en desarrollar una “cooperación mutuamente beneficiosa” en diversos sectores. La Casa Blanca respaldó esa afirmación, destacando la posibilidad de concretar negocios económicos de gran escala.

Por su parte, Ucrania también se encuentra en el radar económico de Washington. Según trascendidos, la administración estadounidense está negociando un acuerdo por recursos minerales con Kyiv, que le otorgaría a Estados Unidos un amplio control sobre los ingresos generados por las riquezas naturales ucranianas. Este entendimiento, que no incluiría garantías de seguridad militar, es presentado por Washington como un modo de “proteger a Ucrania frente a la agresión rusa”, aunque ha despertado cuestionamientos en círculos europeos y analistas internacionales.

En este contexto, la supuesta “tregua de Pascua” fue vista con escepticismo por varios líderes europeos. El canciller checo Jan Lipavsky calificó la maniobra como una “puesta en escena mediática” orientada a calmar la impaciencia de Trump frente a la falta de avances concretos.

Finalmente, Zelenski propuso el 20 de abril una ampliación del alto al fuego con una prohibición de ataques aéreos con misiles y drones contra infraestructura civil durante 30 días. No obstante, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, indicó que no existe orden alguna por parte de Putin para extender la pausa militar.

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Redacción
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