China ha suspendido las exportaciones de minerales críticos provenientes de tierras raras, utilizados en sectores clave como la industria automotriz, aeroespacial, de semiconductores y defensa.

La medida, adoptada en medio de un nuevo capítulo en la guerra comercial con Estados Unidos, podría interrumpir el suministro global de componentes esenciales y afectar directamente la producción industrial en Occidente.

Una mina de tierras raras pesadas en las afueras de Longnan, China. La suspensión de las exportaciones de metales e imanes por parte del país forma parte de su represalia por el drástico aumento de aranceles impuesto por el presidente Trump. Foto: Keith Bradsher/The New York Times

Los imanes afectados, fabricados a partir de metales pesados de tierras raras refinados casi exclusivamente en China, son fundamentales para motores eléctricos empleados en vehículos, drones, robots, misiles y sistemas espaciales, donde su exportación ha quedado paralizada en numerosos puertos del país mientras las autoridades chinas diseñan un nuevo esquema regulatorio que, según indican fuentes del sector, podría excluir a ciertos compradores, incluidos contratistas del Departamento de Defensa estadounidense.

Beijing responde al aumento de aranceles con control estratégico de recursos

Como represalia a los aranceles impuestos el 2 de abril, el gobierno chino impuso restricciones a seis metales pesados de tierras raras y a los imanes derivados de estos materiales, de los cuales China produce el 90 % a nivel global.

Los minerales de tierras raras se utilizan en imanes que son esenciales para muchos tipos de motores eléctricos, incluidos automóviles eléctricos, drones, robots, misiles y naves espaciales. Foto: Nelson Ching/Bloomberg.

La exportación de estos productos ahora requiere licencias especiales, pero el proceso para obtenerlas aún no ha sido implementado, generando preocupación entre ejecutivos industriales de Estados Unidos, Japón y Europa.

Michael Silver, director ejecutivo de American Elements, una firma con sede en Los Ángeles, explicó que sus proveedores en China le informaron que las licencias tardarían al menos 45 días en emitirse, aunque su empresa incrementó los inventarios en previsión de tensiones, advirtió que otros actores del mercado no estarían preparados para una interrupción prolongada.

Riesgos concretos para la cadena de suministro global

La paralización del suministro de tierras raras plantea riesgos severos para la continuidad operativa de fábricas automotrices en Detroit y otras regiones industriales, donde los imanes de alto rendimiento son indispensables para ensamblar vehículos eléctricos y sistemas de dirección asistida.

Aunque algunas empresas mantienen reservas de emergencia, la variabilidad en la gestión de inventarios impide predecir con precisión el momento en que la escasez afectará la producción.

Una fábrica de imanes de tierras raras en Ganzhou. China produce el 90 % de las casi 200 000 toneladas anuales de imanes de tierras raras del mundo, que son mucho más potentes que los imanes de hierro convencionales. Foto: Keith Bradsher/The New York Times.

Estos materiales también son insumos clave para la fabricación de componentes electrónicos de alto valor agregado: desde chips utilizados en servidores de inteligencia artificial hasta sistemas de guía láser y faros automotrices, y, en el ámbito militar, su importancia es crítica para drones, sistemas de defensa antimisiles y tecnología de avanzada en robótica.

Washington advierte sobre el impacto en la seguridad nacional

Daniel Pickard, presidente del comité asesor de minerales críticos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, advirtió sobre los efectos potenciales de una interrupción prolongada en las exportaciones.

En declaraciones públicas, señaló que la reputación de China como proveedor confiable podría verse dañada, al tiempo que reclamó una resolución urgente al conflicto por las tierras raras. Fuente: BBC.

A su vez, el gobierno chino ha endurecido su postura al ampliar la lista de empresas estadounidenses —principalmente del sector de defensa— con las que prohíbe toda transacción comercial, apuntando a limitar la capacidad de aprovisionamiento de actores clave para el Pentágono, lo que refuerza la dimensión estratégica del control sobre los minerales críticos.

Estados Unidos busca alternativas, pero la dependencia persiste

En respuesta a esta situación, firmas como MP Materials —propietaria de la única mina de tierras raras operativa en territorio estadounidense, ubicada en Mountain Pass, California— están acelerando sus proyectos para reducir la dependencia de China.

La empresa, que planea iniciar la producción de imanes en Texas este año, será proveedora de General Motors y otros fabricantes, en un intento por reconstruir una cadena de valor nacional para estos insumos críticos. Foto: MP Materials.

Japón, por su parte, mantiene reservas de tierras raras suficientes para un año, tras haber sufrido una experiencia similar en 2010, cuando China impuso un embargo de siete semanas como parte de una disputa territorial, esta estrategia de resiliencia no ha sido adoptada de forma generalizada por Occidente, lo que deja a gran parte de la industria global vulnerable a la presión geoeconómica de Pekín.

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Redacción
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