Por primera vez desde el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, altos funcionarios de defensa de Washington y Pekín sostuvieron conversaciones formales, marcando un hito diplomático en un contexto de tensiones crecientes en el Indo-Pacífico. La reunión, centrada en la seguridad marítima, se llevó a cabo en Shanghái durante dos días —miércoles 2 y jueves 3 de abril—, según confirmó un comunicado del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino.

El encuentro tuvo lugar en simultáneo con una serie de ejercicios militares a gran escala realizados por China en torno a la isla de Taiwán, lo cual añade una carga simbólica y estratégica significativa a esta ronda de diálogo.

El Ministerio de Defensa chino afirmó que ambas partes discutieron mecanismos para “mejorar la seguridad militar marítima”, mientras que el Pentágono, por su parte, señaló que las conversaciones —que incluyeron representantes del Comando Indo-Pacífico de EE.UU., la Guardia Costera y otras agencias— estuvieron centradas en “reducir incidentes de acciones peligrosas e inadecuadas por parte del EPL”.

Estos contactos se consideran fundamentales para mantener canales de comunicación abiertos en momentos de fricción bilateral. En los últimos años, las relaciones entre Estados Unidos y China se han deteriorado notablemente, alimentadas por disputas comerciales, tecnológicas y geopolíticas. La reactivación del diálogo militar representa una señal de que ambas potencias buscan evitar malentendidos que puedan escalar en conflictos abiertos.

La reanudación de las conversaciones coincide también con el reciente anuncio de la administración Trump de aplicar nuevos aranceles generalizados, incluyendo importantes gravámenes sobre las exportaciones chinas. En respuesta, Pekín advirtió que tomará represalias, aunque no especificó medidas concretas.

Pete Hegseth, Secretario de Defensa de EE.UU. (izquierda), junto a Romeo Brawner Jr., efe del Estado Mayor del Ejército filipino (derecha), en Manila. Créditos: Reuters/Lisa Marie David

El mismo contexto geoestratégico incluye la reciente gira del secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, por Asia, su primer viaje oficial en esta gestión, con el objetivo de reforzar alianzas frente a lo que Washington denomina “comportamiento agresivo” por parte de China en la región. En su paso por Japón, Hegseth fue enfático: “Estados Unidos está comprometido con mantener una disuasión sólida, lista y creíble en el Indo-Pacífico, incluyendo el estrecho de Taiwán”.

China, en tanto, ha intensificado su presencia militar en la región con una sucesión de maniobras, incluidas prácticas con fuego real en aguas internacionales cercanas a Australia en febrero pasado, y más recientemente, con dos días de ejercicios militares alrededor de Taiwán, finalizados este miércoles. Estas acciones son interpretadas como pruebas de resistencia frente al despliegue estadounidense en Asia y una muestra del rechazo de Pekín a lo que considera injerencias extranjeras en su esfera de influencia.

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Redacción
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