El Mar Báltico, que gestiona aproximadamente el 15% del tráfico marítimo mundial con alrededor de 2.500 buques diarios, es testigo de un incremento en la presencia de la flota fantasma de Rusia. Estas embarcaciones, que eluden las sanciones occidentales impuestas a la industria petrolera rusa, a menudo son registradas bajo banderas de conveniencia y operadas por empresas ficticias, representando riesgos significativos para la seguridad marítima.​

A finales de 2024, se registraron daños en infraestructuras submarinas críticas, como cables de fibra óptica y gasoductos en el Mar Báltico. Aunque las investigaciones no proporcionaron pruebas concluyentes sobre la autoría de estos incidentes, la sospecha apuntan a posibles actos de sabotaje. En respuesta, la OTAN lanzó en enero de 2025 la operación “Baltic Sentry”, una iniciativa destinada a fortalecer la protección de estas infraestructuras esenciales mediante la vigilancia y patrullaje constantes de la región. ​

En este contexto, la flota fantasma rusa viene siendo objeto de atención internacional debido a sus prácticas destinadas a evadir sanciones. Estas incluyen la desactivación de sistemas de rastreo, transferencias de carga de barco a barco en alta mar y la utilización de documentación falsificada. Un ejemplo reciente es la incautación en marzo de 2025 del petrolero “Eventin” por parte de las autoridades alemanas. Este buque, que transportaba 100.000 toneladas de petróleo, sufrió una avería en su motor mientras navegaba desde el puerto ruso de Ust-Luga hacia Egipto, lo que llevó a su detención y posterior inspección. ​

Crecen las medidas para contrarrestar las amenazas de la flota fantasma rusa

Además de las acciones de la OTAN, países de manera individual implementaron medidas para contrarrestar las amenazas asociadas con la flota fantasma. Alemania solicitó a las granjas eólicas de su costa norte la instalación de sistemas de radar avanzados para mejorar la vigilancia marítima y detectar embarcaciones no identificadas que puedan representar un riesgo para la seguridad. Mientras que Dinamarca anunció planes para adquirir una flota de nuevos buques y drones con el objetivo de proteger infraestructuras submarinas críticas. ​

Las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos en enero de 2025, que abarcan 183 buques controlados por Rusia, también reflejan los esfuerzos por limitar la capacidad de Moscú para evadir las restricciones económicas. Sin embargo, la adaptabilidad y persistencia de estas operaciones clandestinas subrayan la complejidad del desafío que enfrentan las naciones del Báltico y sus aliados.

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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