Un avión espía ruso fue interceptado por cazas de combate de la Armada de los Estados Unidos mientras volaba a baja altitud en proximidad al portaaviones USS Carl Vinson, en el océano Pacífico. El incidente aéreo involucró a una aeronave de patrullaje rusa, que fue escoltada por los aviones estadounidenses mientras el USS Carl Vinson se encontraba en tránsito hacia el Mar Rojo.

La aeronave en cuestión, un Ilyushin II-38N “Dolphin” de patrullaje marítimo y guerra antisubmarina, fue escoltada por un F/A-18F Super Hornet y un F-35C Lightning II pertenecientes al Ala Aérea Embarcada 2 (CVW-2), destacada a bordo del Carl Vinson. El episodio fue confirmado por la teniente comandante Katie Koenig, vocera del Comando del Pacífico de EE. UU., quien destacó que la interacción fue “segura y profesional”, aunque evitó precisar la fecha exacta del suceso.

El video del sobrevuelo fue difundido el pasado lunes a través de la red social Instagram, y muestra claramente al II-38N volando en proximidad del portaaviones estadounidense. El material audiovisual generó múltiples reacciones, incluso de personal militar, señalando la escasa distancia entre la aeronave rusa y el buque. Aunque este tipo de interacciones no son inusuales, la cercanía fue llamativa incluso para veteranos con múltiples despliegues a bordo de portaviones.

Este incidente tuvo lugar en el contexto del despliegue del USS Carl Vinson hacia Medio Oriente, como parte de la escalada militar estadounidense contra los rebeldes hutíes en Yemen. Luego de una parada logística de cinco días en la isla de Guam, el Carl Vinson y su grupo de ataque —integrado también por el crucero USS Princeton y el destructor USS Sterett— zarparon el pasado viernes con rumbo al Mar Rojo. Allí se unirán al grupo de ataque del Harry S. Truman, que ya ejecuta misiones ofensivas contra objetivos hutíes desde principios de marzo.

Antes de este movimiento hacia la región del Comando Central (CENTCOM), el Carl Vinson había participado en ejercicios trilaterales junto a las armadas de Corea del Sur y Japón en el Mar de China Oriental, en operaciones de entrenamiento que incluyeron combate aéreo simulado, interdicción marítima y navegación en formación. Según informó Zona Militar, estas actividades, desarrolladas entre el 17 y el 20 de marzo, apuntaron a robustecer la interoperabilidad entre aliados en el Indo-Pacífico ante el crecimiento de las amenazas regionales.

La presencia de un avión espía ruso en esta zona no es casual. Rusia ha incrementado su patrullaje en el Este de Asia, y la fecha del incidente coincide con reclamos formales realizados por Corea del Sur ante múltiples violaciones de su espacio aéreo por aeronaves militares rusas en el Mar del Este (o Mar de Japón), según informó la agencia surcoreana Yonhap.

En términos geoestratégicos, el Pacífico occidental y el Mar Rojo se están convirtiendo en teatros críticos de competencia militar entre potencias, en un tablero global cada vez más fragmentado. Mientras EE. UU. refuerza su presencia naval en Medio Oriente —con dos portaaviones operativos en simultáneo por segunda vez en seis meses—, también busca proyectar poder disuasivo en el Indo-Pacífico, región clave para su estrategia de contención frente a China y Rusia.

La prolongación de la misión del Carl Vinson, sumada a la extensión de la campaña del Harry S. Truman y el reciente despliegue del USS Nimitz, demuestra la voluntad de Washington de sostener una postura de fuerza en múltiples frentes. Según informó Stars and Stripes, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, tomó la decisión de reforzar la ofensiva en Yemen con el objetivo de neutralizar la capacidad de los hutíes para interferir con las rutas marítimas internacionales.

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Redacción
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