Un avión Airbus A400M Atlas de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) partió hacia las Islas Malvinas luego de realizar una escala en Montevideo, Uruguay, como parte de una serie de misiones de reconocimiento en el Atlántico Sur y la Antártida. La aeronave, identificada como ZM421, opera bajo el control de las Fuerzas Británicas de las Islas del Atlántico Sur (BFSAI, por sus siglas en inglés) y ha reforzado la presencia ilegal militar británica en la región.

El A400M Atlas realizó patrullas en aguas cercanas a las Islas Malvinas, con un enfoque particular en la vigilancia de embarcaciones pesqueras, además de apoyar estudios científicos en el continente antártico. Según un comunicado oficial del BFSAI, la aeronave llevó a cabo una operación de reabastecimiento aire-aire con un avión Voyager más allá del paralelo 70 y alcanzó el paralelo 79, siendo la incursión más meridional realizada por la RAF en los últimos años.

La constante militarización de las Islas Malvinas
La base militar de Mount Pleasant, situada en las Islas Malvinas, es el principal centro logístico del Reino Unido en el Atlántico Sur. Desde esta instalación, Londres mantiene una presencia militar permanente que incluye medios aéreos como el A400M Atlas, patrulleros navales como el HMS Forth y tropas terrestres estacionarias. Entre estas últimas se encuentran los Gurkhas, una unidad de élite del Ejército británico que actualmente realiza ejercicios militares en el archipiélago bajo la operación “Cabo Kurki II”.
En las últimas semanas, el BFSAI ha intensificado su actividad en las Islas Malvinas. Además de las operaciones de reconocimiento, ha organizado visitas de parlamentarios británicos y ha lanzado campañas para reclutar personal para la Real Fuerza Aérea. Estas iniciativas forman parte de una estrategia más amplia de Londres para reafirmar su control sobre el archipiélago y fortalecer su capacidad operativa en la región.

Silencio oficial y proyección regional
Al publicarse esta nota, ni desde el gobierno argentino ni desde la Cancillería se ha manifestado un rechazo oficial a la presencia y los ejercicios militares británicos en las Islas Malvinas, rompiendo con la postura crítica sostenida en años anteriores. En este contexto, el despliegue del Airbus A400M Atlas se interpreta como una demostración de fuerza que intensifica las tensiones entre los países.
La escala en Montevideo evidencia la capacidad de proyección de las fuerzas británicas en el Atlántico Sur. Aunque Uruguay, por su parte, sostiene una política de neutralidad en relación con el conflicto de soberanía, permite que aeronaves y buques militares británicos utilicen su espacio aéreo y realicen escalas técnicas en su territorio.
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