El próximo 13 de abril Ecuador volverá a las urnas, luego de que no se definiera por primera vuelta la elección presidencial. Daniel Noboa, actual presidente y candidato, y la opositora correísta, Luisa González, se medirán por segunda vez consecutiva, en un contexto hostil. Durante aquella tarde de 9 de febrero, Noboa pasó de pensar que ganaría en primera vuelta, luego de una exit poll que lo ubicaba como ganador con más del 50% de los votos, a caer en la realidad, de que en unos meses podría dejar Carondelet, para darle pasó de vuelta al correísmo. Luisa González se mantuvo firme ante los sondeos y rompió un techo del 35%, establecido por los intelectuales ecuatorianos.
Del 9 de febrero al 13 de abril no solo será otro el escenario, sino que será otra la obra, con un telón de fondo de violencia y un público ecuatoriano que desconfía de toda institución. La película es otra, de 16 candidatos, a únicamente dos. Las reglas ahora dicen que el voto popular decidirá quién será el próximo presidente. De febrero a marzo hay un largo trecho, un debate presidencial en el medio, la redefinición de las campañas y una reconfiguración de los votantes. Entre estos eventos, Noboa seguirá gobernando, por lo que cualquier decisión que pueda afectarlo, se verá en las urnas.

Los resultados, con el 100% de las mesas escrutadas por el CNE, fueron los siguientes: Daniel Noboa, con 44,16%, Luisa González, con 43,98%, Leónidas Iza, con 5.26%, y Andrea González, con 2,7%. Mientras que los otros 12 candidatos, no superaron el 1%. En líneas generales, un empate técnico.
El analista de datos, Javier Rodríguez, escribió en su última publicación sobre los resultados de los comicios: “La información cualitativa de grupos focales indicaba que los electores estaban “cansados” de tener tantas elecciones seguidas y quizás no tenían espacio o interés para prestar atención a otras opciones fuera de las dos ya conocidas; en fin”.
Los números a rascar
Es importante remarcar los resultados del candidato indígena Iza y la derechista Andrea González, porque reúnen la mayoría de los votos de candidatos que no llegaron a segunda vuelta, y que deberán obtener Noboa y González. Sumado, a los votos de los indecisos.
“Aquí no vamos a endosar votos a nadie, los que estén dispuestos a defender como nosotros defendemos al país lo sabrán de manera pública y colectiva. Mientras, van a tener que tener paciencia para entendernos y escucharnos”, dijo líder indígena del Movimiento Pachakutik, Iza.
Noboa, durante la campaña electoral y en el propio debate, jugó a polarizar el voto del correísmo y apuntó contra los 15 binomios presidenciales. Ahora, deberá reunirse con quienes criticó, para lograr ganar la elección. Mientras tanto, Luisa González, ya comenzó a reunir los votos que necesita para ganarle a Noboa. Lo lógico, sería que el indígena Iza, salga a llamar a votar por la correista, por coincidencia ideológica. Mientras que, Andrea González, con 2%, debería apoyar a Noboa. Pero esto es política ecuatoriana, inestabilidad pura y todo a último momento puede cambiar.
Un frente de coalición, encabezado por Luisa González, podría poner al correísmo de vuelta al mando de Quito. Por el lado de Noboa, deberá evitar y asegurarse de que durante los próximos dos meses, no suceda nada que pueda perjudicar su imagen, como fueron los cortes de luz por más de 12 horas, que le jugaron una mala pasada esta última elección.
Una nueva crisis energética podría apagar su ilusión por ganar nuevamente un balotaje, frente a la candidata de izquierda González, y encender el foco correista, que supo ser la fuerza más regular en el siglo 21 en Ecuador.
Fraude como estrategia
En medio de estos desafíos, Noboa denunció que hubo irregularidades, sin pruebas, y calificó a los votantes de la costa, donde ganó Luisa González, de “terroristas”. Escaso pragmatismo, en un momento que se pone en jaque su continuidad, el presidente más joven de la historia de Ecuador usa al fraude como estrategia, tras no ganar en primera vuelta, como indicaban muchos sondeos.
“Seguimos contando, seguimos verificando en ciertas provincias que había cosas que no cuadraban. Ni siquiera cuadraban con el conteo rápido de la OEA (Organización de Estados Americanos), que nos dio una cifra más alta”, afirmó Noboa. Una denuncia de fraude por parte del presidente en mando muestra un principio de erosión democrática en Quito.
Por su lado, la Misión de Observación Electoral de la OEA contestó a través de un comunicado: “Los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador coinciden con los datos obtenidos mediante el conteo rápido realizado por la Misión y se mantienen dentro del margen de error, por lo que indican que habrá una segunda vuelta electoral”, y agregó que “no ha identificado ni recibido indicio de irregularidades generalizadas que puedan alterar los resultados electorales”.

A estos reclamos, se sumó la candidata de derecha, Andrea González, al decir que “hubo inconsistencias” en varias provincias. Noboa espera una inclinación de la excandidata, que ya mencionó que “No podría yo sentarme a conversar absolutamente nada con quienes utilizaron nuestros recursos no renovables para su proyecto personal”, refiriéndose al correísmo.
Noboa apuntó también contra los “grupos armados” y sugirió que estaban obligados a votar por el correísmo. Estos comentarios están implícitamente relacionados con los planes de Gobierno en la presente gestión, ya que después de la declaración de “conflicto armado interno”, los datos sobre inseguridad cayeron el último año, pero se acrecentaron en enero, con una muerte cada 12 horas. Además, la campaña de Noboa no tuvo resultados en los puntos donde se concentran los grupos armados. Guayas, la provincia más sangrienta del último año, Luisa González obtuvo el 49% de los votos, mientras que Noboa 43,7%.
Previo a la primera vuelta, Escenario Mundial conversó con Andrés Malamud, analista político, quien observa que en América Latina se está desarrollando la tendencia en que los votantes castigan a los oficialismos. Si bien destaca que el factor que determina el resultado electoral es la economía, “en momentos excepcionales, como guerras u olas delictivas, la seguridad puede cobrar preeminencia”. Tal es el caso de Ecuador. “Los oficialismos pierden independientemente de su ideología”, agregó Malamud.
Datos y focus group
“Si los electores votaron con las mismas preferencias, actitudes o motivaciones, en resumen, si enfrentaron la papeleta del domingo pasado de la misma forma que enfrentaron la papeleta del balotaje de 2023, entonces significa que los dos candidatos ganadores —acaparando el 90% de los votos— ya absorbieron prácticamente toda la votación que habría ido a otros candidatos —como normalmente ocurre en las primeras vueltas— y queda muy poco espacio de maniobra rumbo a la segunda vuelta”, indicó Javier Rodríguez, de cara al desafío que mostrará la segunda vuelta para los candidatos.
Mismo enfrentamiento que hace un año y medio. Noboa versus González. Continuidad versus regreso. Poco espacio para crecer como indican los especialistas, lo que convertirá el balotaje en una elección larga. Un 10% de los votos, que no reunió ninguno de los candidatos, más los indecisos, definirá quién se quedará con la segunda vuelta y Carondelet.
“Si Noboa ya absorbió los votos que en segunda vuelta le hubieran llegado dadas las características de esta elección, entonces el termómetro más adecuado de su desempeño electoral en la primera vuelta del domingo es la comparación de la primera vuelta de 2025 con la segunda vuelta de 2023. En esa comparación es donde las cosas no pintan bien para Noboa”, explica Rodríguez, que compartió un gráfico, que compara las elecciones de 2023, frente a las de 2025.


Al profundizar en el escrutinio, en los territorios que mayor porcentaje de votos sacó Noboa en 2023, y los comparamos a los del pasado domingo 9 de febrero, hay brechas importantes. Ambato, por ejemplo, en 2023 Noboa recibió el 75% de los votos en la segunda vuelta, y en la primera de 2025, sacó apenas el 62%. Lo mismo ocurrió en Loja, un eslabón fuerte de Noboa, donde cosechó el 77% en 2023, y el domingo pasado el 65%.
Mientras que, en Quito y Guayaquil, las ciudades que más votos reúnen en Ecuador, representan más del 30% de los votos. En Quito, en la segunda vuelta de 2023 obtuvo el 62%, y el domingo pasado el 50%. En Guayaquil se repitió la tendencia, en 2023 54%, y en 2025 47%. Noboa dependerá de los indecisos para ganar, Luisa de Iza y los indecisos. ¿Quién queda mejor parado?
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