Este domingo 24 de noviembre, Uruguay celebrará el balotaje presidencial, una elección clave que definirá quién ocupará la presidencia y la vicepresidencia desde el 1.º de marzo de 2025. La elección enfrenta a dos fórmulas presidenciales: por el Frente Amplio, Yamandú Orsi y Carolina Cosse buscan liderar el Ejecutivo con una propuesta que pone énfasis en la continuidad de políticas progresistas. Mientras que por su parte, Álvaro Delgado y Valeria Ripoll representan al Partido Nacional, con un enfoque orientado a fortalecer las instituciones y la economía desde una perspectiva más conservadora.
En este sentido, el balotaje 2024 no solo define quién liderará el país, sino que también refuerza el compromiso democrático de Uruguay, conocido por su estabilidad política en la región. La participación ciudadana será un indicador clave para medir el respaldo a los proyectos de país que ambas fórmulas representan y el rumbo que los uruguayos desean para los próximos cinco años.
Economía y seguridad, dos temas cruciales para los uruguayos
Esta contienda electoral destaca la preferencia de los votantes por propuestas centradas en la estabilidad económica y la seguridad pública. Para muchos uruguayos, la estabilidad es un tema crucial en estas elecciones. Durante los últimos años, la economía creció de forma modesta bajo el Gobierno de Lacalle Pou, quien todavía mantiene un grado de popularidad en las encuestas, mientras que la inseguridad se mantiene como uno de los problemas más sentidos en el país.
Las estrategias de Orsi y Delgado para este balotaje
Orsi parte con cierta ventaja, respaldado por su desempeño en la primera vuelta y la lealtad tradicional de su base electoral. Un eje central en su campaña será su capacidad de asegurar gobernabilidad, gracias a su mayoría en el Senado, lo cual le otorga un rol clave en el próximo gobierno, independientemente del resultado.
Su estrategia buscará captar el apoyo de votantes de partidos menores, además de atraer a quienes optaron por el voto en blanco o nulo y, principalmente, convencer a electores de la Coalición Multicolor que no respaldaron a Delgado. Además, la historia muestra que en anteriores balotajes, la izquierda logró crecer más que sus oponentes.
Del otro lado, el Partido Nacional de Delgado enfrenta un reto mayor, pues parte de una base electoral menor que la de Orsi, aunque es probable que consiga alinear una gran parte de los votantes de los partidos del bloque oficialista actual. Su estrategia se centrará en resaltar la suma de votos de la Coalición Multicolor como un reflejo de apoyo mayoritario y en mostrar la unidad parlamentaria, lo que podría implicar una nueva versión del Compromiso con el país, el acuerdo que llevó a Lacalle Pou al poder en la segunda vuelta de 2019. Su mayor desafío será evitar que electores de la coalición se inclinen por el Frente Amplio, una tendencia común en los balotajes que casi puso en riesgo la victoria de Lacalle Pou hace cinco años.
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