La Asamblea General de las Naciones Unidas dio un paso histórico el viernes pasado al aprobar una resolución que amplía el estatus de Palestina, quedando como Estado observador. Con una gran mayoría de 143 votos a favor, 9 en contra (incluidos los de Israel y Estados Unidos) y 25 abstenciones, esta decisión otorga nuevos derechos a Palestina, aunque con límites significativos: el hecho de ser Estado observador implica tener voz en la Asamblea, pero no voto, y excluye el Consejo de Seguridad.
No obstante la resolución es crucial ya que se trata de un respaldo mayoritario que refleja un aporte simbólico y moral a Palestina por parte de la comunidad internacional. Asimismo, surge en contraste al pedido de Israel de cortar la financiación a la ONU por “recompensar el terrorismo” (en mención a Palestina). Cabe destacar que el embajador de Israel, Gilad Erdan, mostró en la sesión una fotografía del líder de Hamás, Yahia Sinwar, con el lema “patrocinado por la ONU” para luego destruir en una trituradora de papel la carta fundacional de Naciones Unidas.
El texto subraya que “el Estado de Palestina está plenamente cualificado para ser miembro de las Naciones Unidas de conformidad con el artículo 4 de la Carta” y toma en consideración “las amplias afirmaciones de apoyo de los miembros de las Naciones Unidas a la admisión del Estado de Palestina como miembro”. Asimismo, expresa “hondo pesar y preocupación” por el veto de Estados Unidos del 18 de abril pasado, que fue el que impidió que el Consejo de Seguridad aprobase la plena membresía de Palestina.
¿Qué implica esta resolución?
La resolución otorga a Palestina nuevos privilegios, como participar en las sesiones y trabajos de la Asamblea General, presentar propuestas y enmiendas, y participar en conferencias internacionales. Sin embargo, Palestina seguirá sin tener derecho a voto en la Asamblea General ni podrá presentar candidaturas a los órganos de la ONU.