Ese sábado, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, comunicó no solo que la reconstrucción de Gaza podría “superar los 90.000 millones de dólares”, sino que también las conversaciones entre Israel y Hamas se encuentran estancadas. Las declaraciones del mandatario surgieron en un discurso por el Día de los Mártires y los Veteranos, donde se dialogó sobre la situación actual del conflicto regional.
Cabe destacar que gran parte del territorio ha sido reducido a escombros, y su población ha sido desplazada a diversos campamentos de refugiados. La ayuda humanitaria no solo está reducida sino que las posibilidades de aumentar la presencia de organismos internacionales se han visto reducidas. Naciones Unidas ha advertido sobre múltiples problemas a corto y mediano plazo, incluídas múltiples enfermedades y un gran porcentaje de hambruna.
Lo cierto es que, mientras el diálogo entre ambas partes permanece intacto y sin avances, la situación humanitaria para los palestinos y habitantes de Gaza empeora día a día. En palabras de la presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, se trata de una “guerra brutal (que) ha roto cualquier sentido de humanidad compartida”. Para la funcionaria, el fin de las hostilidades sería la solución para permitir una distribución significativa de la ayuda humanitaria en Gaza.
La fecha límite esperada, es decir el inicio del Ramadán -este domingo 10 de marzo-, no parece mostrar indicios de que las conversaciones sobre el alto al fuego han progresado. Asimismo, la liberación de 134 rehenes permanece de la misma manera: incomunicados en Gaza y sin probabilidades de una pronta respuesta. Recientes declaraciones de una fuente cercana a Hamás declaró a “Reuters” que otra visita a El Cairo para mantener las conversaciones era “improbable”.