El canciller alemán, Olaf Scholz, ha rechazado enfáticamente la sugerencia del presidente francés, Emmanuel Macron, de desplegar tropas de la OTAN en Ucrania, marcando una clara división entre los aliados occidentales sobre el enfoque hacia el conflicto ucraniano.

Macron planteó la posibilidad de enviar tropas de combate para respaldar a Ucrania durante una reunión en París con 25 líderes europeos. Sin embargo, la respuesta de la OTAN, y en particular de Alemania, fue negativa, generando tensiones inesperadas en la alianza occidental que busca respaldar a Ucrania en medio de la invasión rusa.

Scholz, presente en las conversaciones en París, afirmó que estas declaraciones no estaban alineadas con la política inicial de la OTAN frente a la invasión rusa. “Lo acordado desde el principio entre nosotros y con otros también se aplica al futuro: no habrá soldados de Estados europeos o de la OTAN en suelo ucraniano”, enfatizó Scholz, añadiendo que esto incluía evitar cualquier escalada hacia un conflicto directo entre la OTAN y Rusia.

Las declaraciones de Macron, que buscaban consolidar el apoyo a Ucrania, revelaron discrepancias crecientes entre París y Berlín. Mientras Francia se esfuerza por posicionarse como el eje del respaldo occidental a Kiev, Alemania insiste en evitar la participación directa de sus tropas en el conflicto.

El canciller alemán afirmó que Alemania ha sido el principal donante militar de Europa para Ucrania desde el inicio del conflicto, con una contribución de 17.700 millones de euros. A pesar de las frustraciones sobre los límites de la ayuda, Scholz reiteró que la participación militar directa no era una opción para Alemania.

“Mientras tanto, fuentes de defensa británicas expresaron preocupación sobre una escalada significativa” si se implementaba la propuesta de Macron. Rusia advirtió que esto haría inevitable una guerra directa con Occidente.

En el marco de la tensión, Stéphane Sejourne, ministro francés de Asuntos Exteriores, sugirió que los países occidentales podrían desplegar tropas en Ucrania sin cruzar un “umbral de beligerancia”, señalando posibles misiones de desminado, asistencia sanitaria y labores de inteligencia.

Aunque las conversaciones sobre el envío de tropas aún se centran en misiones no combativas, la propuesta de Macron ha generado un debate sobre la posición estratégica de la OTAN y las implicaciones diplomáticas en el conflicto.

En este contexto, la OTAN, incluyendo a Polonia y la República Checa, reiteró que no tiene planes de desplegar tropas de combate en Ucrania. Downing Street y el jefe de la OTAN se sumaron a esta postura, subrayando que la alianza busca soluciones diplomáticas y de apoyo sin recurrir a medidas militares directas.

El Kremlin, por su parte, recomendó que las conversaciones deberían cambiar si se considera inevitable un conflicto directo entre la OTAN y Rusia. Mientras tanto, las tensiones entre Alemania y Francia reflejan la complejidad de la situación, donde la ayuda militar, las diferencias de enfoque y la búsqueda de una respuesta estratégica efectiva están en juego en medio de la guerra ruso-ucraniana.

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Redacción
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