En un hito que marcó la historia y consolidó a Argentina como pionera en la investigación y cooperación científica antártica, el país celebra con orgullo 120 años de presencia continua en el continente helado. La conmemoración se remonta al 22 de febrero de 1904, cuando la bandera argentina fue izada por primera vez en el observatorio meteorológico y magnético en la isla Laurie, Orcadas del Sur.

Esta política de Estado ha convertido a Argentina en un referente en la protección ambiental y el mantenimiento de la paz en la región antártica, demostrando un compromiso duradero con la ciencia, la técnica y la cooperación internacional. Desde aquel histórico momento en 1904, Argentina ha mantenido una presencia ininterrumpida en la Antártida, siendo el Instituto Antártico Argentino (IAA) el coordinador central de las investigaciones científicas desde 1951.

La evolución de la presencia Argentina en la Antártida

La inauguración de la base Observatorio Orcadas del Sur en 1904 marcó el comienzo de una presencia que se ha fortalecido con el tiempo. En 1957, la Antártida se incluyó nominalmente en el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, acción que precedió a la declaración de la región como provincia en 1990, destacando un importante paso en el reclamo de soberanía.

El compromiso internacional se materializó en 1959 con la firma del Tratado Antártico, donde la ciencia se convirtió en un vector fundamental para las decisiones dentro del Sistema del Tratado Antártico. El Instituto Antártico Argentino ha liderado las investigaciones científicas en colaboración con universidades y centros de estudio, consolidando a la Antártida como una política de Estado con más de un siglo de continuidad.

Desafíos y logros actuales

En la actualidad, Argentina opera siete bases permanentes en la Antártida y otras seis durante el verano. La presencia en el continente helado no solo se limita a la investigación científica, sino que también abarca aspectos logísticos y de infraestructura. El rompehielos “Almirante Irízar” lidera las operaciones, junto con buques y aeronaves de la Armada Argentina y la Fuerza Aérea.

La Campaña Antártica de verano implica el traslado de personal científico y técnico, así como la realización del relevo de las dotaciones que han invernado. Durante este año, unos 300 científicos han sido desplegados en la Antártida, junto con personal logístico y técnico que integra las dotaciones de bases y medios navales y aéreos.

El impulso a la actualización de la infraestructura de las bases en la Antártida se alinea con la iniciativa “Pampa Azul” y el programa “Construir Ciencia”. Un proyecto destacado es la actualización y recuperación de la base Petrel, que, tras un incendio en 1974, ha vuelto a tener dotación permanente en 2021.

El rol crucial de la Antártida y los próximos pasos

Las autoridades del Instituto Antártico Argentino destacan que la Antártida no solo es esencial para la investigación científica, sino también como un regulador vital para la vida en el planeta. Este enfoque hacia la ciencia de primer nivel ha evolucionado con el tiempo, exigiendo laboratorios y equipamientos complejos en las bases para realizar estudios avanzados en el terreno.

La relevancia de Argentina en la Antártida se refleja en la cantidad y diversidad de operaciones realizadas durante la Campaña Antártica. Desde el traslado de personas hasta el transporte de combustibles, víveres, y materiales de construcción, la logística se convierte en un componente crucial de la presencia argentina en el continente blanco.

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Redacción
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