En una jornada electoral clave para El Salvador, la nación se enfrenta a la posibilidad de la reelección del actual presidente Nayib Bukele. Con altos índices de aprobación y una competencia prácticamente inexistente, Bukele, se encamina hacia un segundo mandato, desafiando incluso la prohibición constitucional de la reelección.
A pesar de las críticas y acusaciones de socavar el sistema de contrapesos y salvaguardias del país durante su primer mandato, Bukele mantiene un fuerte respaldo, con aproximadamente ocho de cada diez votantes expresando su apoyo, según una encuesta de la Universidad Centroamericana.
La situación política en El Salvador se ha centrado en un dilema entre la seguridad implementada por Bukele y la preservación de los principios democráticos. La brutal ofensiva contra la delincuencia de las bandas, que ha llevado a la detención de más del 1% de la población del país, ha resultado en una notable disminución de la violencia, transformando a El Salvador de uno de los lugares más peligrosos del mundo en años anteriores.
En las elecciones presidenciales y legislativas, la población salvadoreña se ve enfrentada a la elección entre el cambio radical que representa Bukele y los partidos tradicionales de izquierda y derecha, que han quedado desacreditados por corrupción e ineficacia.